[Corre para ganar] Corre con perseveranciaMuestra

Capaz de mantenerse de pie

La arena de combate para el luchador de la época de Pablo era el ring de lucha. La lucha era uno de los concursos más importantes de los juegos de atletismo de Roma y Grecia. Presentaba a dos hombres en combate cuerpo a cuerpo, sin más armas que su fuerza y su astucia. Ambos combatientes conocían los límites de la lucha y sus reglas. No había armas, ni trampas, ni agarres o golpes ilegales. Debía ser una lucha limpia cuerpo a cuerpo.

En su carta a la iglesia de Éfeso, Pablo afirmó: «Recuerden de dónde viene su fuerza: sus dones, talentos y fuerza provienen del propio Señor». En segundo lugar, añadió: «Tienen que conocer a su oponente. En esta lucha espiritual, su oponente no es de carne y hueso, sino que son las fuerzas del mal y la maldad que les rodea». Tu oponente puede parecer impresionante y abrumador a veces, pero recuerda quién está en tu esquina: el Señor Dios, con Su poder y fuerza. En tercer lugar, Pablo dijo: «Tienen a su disposición la armadura de Dios -el uniforme del Rey-, el calzado, la coraza, el casco, el escudo y la espada de Dios».

Aunque Pablo cambió su metáfora del deporte a la guerra, el hecho es que la vida sigue siendo un combate de lucha, una batalla entre el bien y el mal, entre el poder de Dios y el poder de la maldad. ¿De qué lado quieres estar? ¿Del lado del que quiere derribarte o del lado de Aquel que quiere darte la fuerza para mantenerte en pie al final del combate?

Señor, por favor, muéstrame todo lo que me has proporcionado para enfrentarme al mal de este mundo. Cuando luche contra otros, permíteme ver la batalla real que hay detrás y a Ti de pie a mi lado. Fortaléceme para la lucha y ayúdame a utilizar Tus provisiones para permanecer de pie. Gracias.