Una Navidad ClásicaMuestra

GRAN ALEGRÍA PARA TODAS LAS PERSONAS

¿Alguna vez te sorprendieron los pastores en la historia de la Navidad? Cuando ves a esos hombres que agarran bastones alrededor del pesebre, ¿te quedas sin aliento? Cuando pasas frente al pesebre, ¿te sorprendes al ver a los pastores arrodillados junto a nuestro Salvador?

Deberías. Algunos expertos dicen que la mayoría de los pastores del primer siglo no solo llevaban cayados; eran ladrones. Ladrones de ovejas, mentirosos, hombres buenos para nada. Los rabinos no permitían que los pastores testificaran en la corte debido a su reputación de no decir toda la verdad. E incluso si ese conocimiento es un poco exagerado, sabemos que los pastores eran hombres comunes, trabajadores de tercer turno y no privilegiados del primer turno.

Pero eso hace que las palabras de Lucas sean aún más asombrosas: “Pero el ángel les dijo [a los pastores]: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”. (Lucas 2:10,11). ¿Captas eso? Buenas noticias para “toda la gente”. ¡Hasta los pastores!

Incluso tú. Puede que no seas impresionante según los estándares del mundo. Podrías ser un trabajador del tercer turno, un vecino anónimo o un pecador que se equivocó de manera muy pública. Pero el ángel declaró buenas noticias para todas las personas, que lógicamente te incluye a ti. ¡Así que regocíjate hoy! ¡Te ha nacido un Salvador!