El Poder De La FeMuestra

Nuestro mayor recurso

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1).

A través de los tiempos el ser humano ha tratado de entender y buscar una explicación a todas las cosas desde su origen y existencia. Los científicos, filósofos e intelectuales han agotado razonamientos, estudios, teorías e hipótesis para tratar de buscar respuesta a tantos temas que han sido un misterio para la raza humana desde el principio de todos los tiempos. La Biblia nos aclara este panorama oscuro, dándonos un poder más allá de nuestro intelecto o razonamiento. La fe es el mayor recurso que Dios ha puesto en nuestro ser interior y nos capacita para traer las cosas que están en el mundo espiritual y establecerlas en el mundo físico.

La fe supera en valor y excelencia a cualquier objeto o piedra existente acá en la tierra. Cuenta la historia, que cuando el gran misionero Hudson Taylor fue a China viajó en un barco de velas. Mientras se acercaban a la península de Malay y la isla de Sumatra, el misionero escuchó a alguien tocando la puerta de su cabina. Al abrir la puerta, encontró al capitán diciendo: "Señor Taylor, no hay viento". "Estamos acercándonos a una isla donde temo se encuentran puros caníbales". ¿Qué puedo yo hacer?, preguntó el señor Taylor. El capitán respondió, "Yo entiendo que tú eres cristiano y que crees en Dios". "Necesito que ores a Dios para que nos mande viento". "Está bien, capitán, yo lo haré”. "Pero primero tú necesitas levantar y abrir las velas". "Pero eso sería una locura", dijo el capitán. "No hay nada de viento". "Además, los marineros creerán que soy loco". Después de mucha insistencia de parte del misionero, se sometió a lo que le exigía. Después de cuarenta y cinco minutos, el capitán regresó para encontrar al misionero Taylor todavía sobre sus rodillas orando.

Esta anécdota nos da un mensaje claro de cómo opera la fe de Dios en nosotros y que es un arma extrema para situaciones extremas. La fe es el único recurso que tenemos para enfrentar los desafíos y momentos difíciles de la vida. Es tiempo de que levantes y abras tus velas para que el viento de la fe te empuje al propósito que Dios ha diseñado para tu vida.