Ansiedad: No Te Detendrá, Tú La VencerásMuestra

Día 1:

La ansiedad tiene parientes.

En la actualidad gracias a los hallazgos y avances de las ciencias ligadas al estudio de la conducta y el comportamiento (Psicología, Psiquiatría, Sociología, Gerencia, entre otras) se ha aseverado que la ansiedad es un factor natural en el ser humano frente a situaciones que pueden ser generadores miedo o peligro, condicionando al individuo a un constante sentido de alerta.

Las actitudes y acciones ansiosas son la manifestación de aparentes respuestas de aviso o alarmas que percibe la persona en cuestión –según las ciencias- respecto a algo incierto. Sin embargo, para entender un tanto más sobre el impacto de la ansiedad sobre la vida de las personas se tienen que establecer diferencias entre esta y sus parientes más cercanos.¿Cómo así? Pues sí, la ansiedad tiene dos familiares muy cercanos, que muchas veces la gente las asume como lo mismo, pero no lo son, pese a que sean muy similares. Estos dos familiares son: El estrés y la angustia.

El estrés a diferencia de la ansiedad tiende a durar cortos plazos de tiempo y mucha gente lo enfrenta regularmente, lo supera y posterior a un tiempo vuelve a aparecer, es decir, este trastorno es recurrente a pesar de que regularmente es eliminado.

Por otro lado, la angustia viene a ser una emoción no placentera y no clara que experimenta la persona en momentos de ansiedad, podemos inferir que la angustia es el producto directo que genera la ansiedad en el alma de las personas. De modo tal que cuando la ansiedad no ha sido tratada o resuelta nace la angustia como destino desastroso en los individuos.

La ansiedad puede dejar malestar, sin sabores, temores e inseguridades, esta busca aprisionar al sujeto de modo que este no sienta paz, mientras que su pariente (estrés) genera agobio incisivo e insistente en la vida del hombre, esto se suma a la angustia que completa y profundiza en el alma de cada persona huellas y recuerdos nocivos en la memoria del que la padece.

Una tarea relevante que se puede hacer en el presente es prestar atención a nuestras actitudes cuando experimentamos temor e inseguridad, de este modo podemos saber cuáles son nuestras reacciones ante tales estímulos y así conocer más como funciona mi comportamiento ante presiones externas.