Pueblo

Cuando leemos acerca del pueblo de Israel, debemos tener presente que se trata de la nación escogida por Dios en los tiempos antiguos a raíz del pacto hecho a Abraham. Algo que, traído a la actualidad se puede decir de la Iglesia.

Podemos decir que al aceptar la obra redentora de Jesús en nuestras vidas y decidir vivir según Su Palabra nos hacemos parte de Su Pueblo y no solo eso, somos llamados hijos de Dios. Para poder vivir el propósito de Dios en tu vida lo primero que debes procurar es afianzar tu identidad en Él, apropiarte de la paternidad de Dios en ti y vivir como un hijo de Dios.

Esto es sumamente importante porque la identidad es la puerta para el descubrimiento del propósito, no existe lo uno sin lo otro.

El propósito en Dios está alineado con la esfera en que vas a desarrollar tu influencia. Estas son la esfera espiritual (sacerdotes) y la esfera natural (reyes). Pero, es necesario ser consciente de que independientemente de la esfera en que desarrolles tu influencia siempre debes ser hijo de Dios, o sea, parte de Su Pueblo sobre el cual está Su nombre y en el cual habita el Señor. Este es lugar de donde Dios toma para fortalecer Su Reino eterno.