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Tú No Me MandasMuestra

Tú No Me Mandas

DÍA 5 DE 7


MIEDO – Parte 1

Hay un elemento de miedo o preocupación que nos atormenta a la mayoría. De vez en cuando, en algunos ambientes, en algún área de nuestras vidas, el miedo puede convertirse fácilmente en nuestro jefe y empezar a mandarnos. El miedo nos roba oportunidades, interfiere en nuestras relaciones e impacta la crianza de nuestros hijos o la dinámica de nuestro matrimonio. El miedo nos mantiene despiertos por la noche.

El miedo no siempre es algo malo. El miedo es el subproducto de nuestra capacidad como seres humanos para acumular conocimiento y aplicar ese conocimiento al futuro. Éste es uno de los mayores regalos que Dios le ha dado a la humanidad: podemos recopilar información y pasarla de generación en generación para que nuestra base de conocimientos se construya y podamos progresar.

La capacidad de pensar en el futuro, que nos permite tener miedo, también nos permite imaginar. Nos da la capacidad de esperar, la capacidad de soñar; sin ella, no podríamos esperar nada. Entonces, es poco probable que alguien esté dispuesto a renunciar a esa habilidad, si eso es lo que se necesita para eliminar el miedo. Pero, definitivamente, no queremos que nuestros miedos nos controlen.

Jesús tenía mucho que decir sobre el miedo. Gran parte de Su ministerio y tiempo con los doce apóstoles, fue enseñarles cómo no tener miedo.

En una ocasión, Jesús acababa de terminar de elegir a los apóstoles y les dijo que las cosas iban a ser difíciles para ellos.

“Miren, los envío como ovejas en medio de lobos”. - Mateo 10:16

Para nosotros, esto es una forma de hablar. Pero los apóstoles habían visto ovejas entre lobos, y el resultado había sido un desastre grotesco y sangriento. Jesús les dijo a los apóstoles que iban a ser arrestados y golpeados. Y luego dijo:

“Así que no tengan miedo…” - Mateo 10:26

Esto no eliminó su miedo, ¡ni siquiera parecía tener sentido! Así que Jesús los llevó de excursión para enseñarles sobre el miedo.

Luego Jesús entró en la barca y comenzó a cruzar el lago con sus discípulos. De repente, se desató sobre el lago una fuerte tormenta, con olas que entraban en la barca; pero Jesús dormía. Los discípulos fueron a despertarlo:

—Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! —gritaron.

—¿Por qué tienen miedo? —preguntó Jesús—. ¡Tienen tan poca fe!

Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas y, de repente, hubo una gran calma.

- Mateo 8:23–26

Ésta no es solo una historia de milagros para mostrar que Jesús tenía poder sobre la naturaleza: estaba enseñando a los apóstoles sobre el miedo. Cuando finalmente se levantó, no entró en pánico. Tu Salvador no entra en pánico. Tu Padre Celestial no se asusta. ¿No es bueno saberlo? Entramos en pánico porque proyectamos hacia el futuro lo que sabemos, lo que hemos visto y lo que hemos experimentado. Pero Dios, que creó el tiempo, no se asusta.

Los discípulos quedaron asombrados y preguntaron: «¿Quién es este hombre? ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!». - Mateo 8:27

Los apóstoles tenían miedo de la tormenta, pero luego se dieron cuenta de con quién estaban en la barca. Su confianza en Jesús superó su miedo.

La lección que Jesús estaba tratando de enseñarles era esta: No tienes que permitir que el miedo te mande. No tienes que permitir que el miedo te abrume, porque hay algo más fuerte y poderoso que el miedo.

En la lectura de mañana veremos cómo Jesús lleva a los apóstoles a otra excursión para reforzar su lección sobre el miedo.

REFLEXIÓN:

¿Puedes relacionarte con los apóstoles siendo tan temerosos durante la tormenta? ¿Qué tormentas en la vida estás enfrentando en este momento donde necesitas a Jesús para calmar el viento y las olas?

ORACIÓN:

Dios, dame audacia para enfrentar mis miedos. Dame valentía. Ayúdame a saber que no debo tener miedo porque Tú estás conmigo.

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Acerca de este Plan

Tú No Me Mandas

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Nos gustaría agradecer a VIDAIN, North Point Ministries, AEDI por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidain.org/

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