10 Días De Sanidad InteriorMuestra

Sanaste las heridas

Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Mateo 9:12

¿Alguna vez te has cortado? Pues claro que sí.

Imagínate el escenario: estás cortando un tomate y de repente te lastimas un dedo, ¿cuál sería tu reacción? Pues comenzar a gritar porque la sangre está corriendo pero inmediatamente lavas tus manos y te pones una venda para parar el sangrado y en unos minutos te sientes mejor y después de un tiempo ya sanaste completamente.

¿Sabes qué? Así son las heridas del alma. Lo más impresionante es que nosotros podemos buscar la manera de curar las heridas físicas pero, y las de adentro, ¿quién las cura? Solo Dios puede hacerlo.

Por mucho tiempo nos mantenemos tratando de arreglarnos por fuera, que no es malo, pero nos descuidamos de las cosas que están en desorden dentro de nosotras. Preferimos ocultar nuestra situación buscando la forma de salir corriendo en vez de entregarla para que Dios obre en ella.

Y no solo eso, buscamos un parche para ponerlo encima de esas heridas queriendo que se solucionen con otras cosas que no sea Dios y caemos en una mediocridad espiritual que nos mantiene atadas a la tristeza y al dolor.

Tus heridas no serán sanadas en lugares ni con personas sino llevándolas en oración a Dios. No busques a otras que también están cargando con sus propias heridas para que sanen las tuyas, mujer.

Es tiempo de que tomes una decisión, no puedes pasarte toda tu vida sufriendo, no puedes estar sangrando a cada momento y cada vez que se presenta una situación vuelves a la misma condición de siempre.

¡Ya basta! Es tiempo de sanar. Permítele a Dios trabajar en tu corazón. Entrégaselo en oración y verás lo que Él hará.

Nota: Toma un papel y escribe todas las heridas que tengas, llévalas en oración, ayuna por ellas y verás lo que Dios hará a tu favor.

*** Oración***

Señor, ¡sáname! Estoy aquí pidiéndote que obres en mi corazón, ya no quiero seguir cargando con todas estas heridas que me hunden más y más y no me permiten ser totalmente libre. Amén.