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Fuera Del DesiertoMuestra

Fuera Del Desierto

DÍA 2 DE 7




Agua de Dios

El agua es uno de esos tesoros valiosísimos que poseemos, sin ella morimos, así de sencillo. La necesitamos para vivir. La realidad es que es un don del cielo y por ello debemos estar siempre agradecidos. Cuando la tenemos, es tan natural para nosotros, que la mayor parte de las veces pasa desapercibida mientras nos beneficiamos de ella. Cuando nos falta ponemos el grito en el cielo porque ¡ah! qué mucha falta nos hace.

En la Palabra encontramos muchas referencias a este precioso líquido. En ocasiones, se habla de sequías que han llegado porque así lo ha dispuesto el Señor y en otras tantas haciendo mención de tiempos de abundancia. Tomemos como ejemplo el momento en el que Dios habla a los que llegaron del cautiverio en Babilonia. “Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.” Hag. 1:9-10

En otros casos, como dije anteriormente, Dios envía lluvia como evidencia de su bendición. “Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos.”Deut. 28:12

Si pasamos de hablar de la lluvia y la sequía física a la del alma, nos daremos cuenta que todos, de alguna u otra forma, hemos experimentado ambas. Tiempos en los que aguas de bendición, de refrigerio, de descanso rebozan y fluyen en nuestras vidas y tiempos en los que tenemos una gran sed en el alma. Así lo expresó el salmista cuando dijo: “Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas.” Sal. 63:1

Siendo, como somos, hijos del Dios Altísimo, tanto en tiempo de bendición como en tiempo de prueba, de muchas aguas o de desierto, nuestro Dios está con nosotros.“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.” (Is. 58:11) Así es amados, Jehová es nuestro buen pastor y lo que nuestra alma necesita, su gran amor nos lo suple.

Gocémonos en el tiempo de las muchas aguas, de las bendiciones, y de la abundancia. Pero, por otro lado, cuando nos sintamos en medio del desierto, recordemos que hay alguien que nos infunde aliento, que nos da nuevas fuerzas, que nos pastorea.“En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca.”Is. 41:18

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Fuera Del Desierto

Los seres humanos pasamos por circunstancias que se asemejan a la estadía en un desierto. Ese tiempo de sequedad se empeora en la medida en la que se sigue experimentando la aridez en el desierto sin tener la más mínima ...

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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage

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