Quiero De Esa AguaMuestra

"¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.»¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos."

Dios siempre está pendiente de nosotros. Aun cuando hemos tenido una vida desagradable delante de Él, dice lo que acabamos de leer. Él siempre está a la puerta llamando, tocando, esperando a que nosotros abramos para entonces entrar, y cenar con nosotros.

Me llama mucho la atención que la Biblia usa una casa en este versículo, de inmediato me hizo pensar y preguntarme, ¿por qué una casa? Y es que la casa representa tu comodidad, tu vida, tu entorno, tu terreno. El Señor quiere entrar a tu círculo, Él quiere que le dejemos ser parte de nuestro vivir, de nuestro hogar, de nuestro terreno. Pero lo difícil de esto, no es saber que Dios está pendiente, eso la mayoría de nosotros ya lo sabe. Sabemos que Él nos ama y que dio todo por nosotros en la Cruz del Calvario. Lo difícil de esto es detenernos a escuchar que Él está llamando a nuestra puerta. Estamos tan enfocados en nuestro dia a dia, en nuestras cosas que se nos olvida lo lindo que sería tener una relación con EL CREADOR de todo. Aunque sabemos que en estos días, después de la Pandemia, nuestra rutina ha sido cambiado, nuestro día a día ya no es el mismo que el de unos meses atrás. Incluso esta nueva "vida" o ´´nueva normalidad´´ nos ha traído cosas que nos impiden escuchar que hay alguien llamando a la puerta.

La palabra dice en Jeremías: ¨Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes de bien y no de mal, para darles un futuro lleno de esperanza¨. Ese ha sido siempre el plan desde la creación del mundo, pero nosotros nos hemos desenfocado de eso. En las escrituras encontramos la historia de una mujer que se encontró con Jesús y Este entró en su vida cotidiana, en su casa. Es la historia de la Mujer Samaritana.

En este plan vamos a ver tres puntos que puedes identificar en esta historia.