Cuando alguien peca contra usted Muestra

¿Qué hacer cuando alguien peca contra ti? (Parte 3)

Cuando el pecado de alguien te golpea como una piedra, hiriéndote profundamente, hay cuatro cosas que puedes hacer. Esta es la tercera: amargarte. La amargura es cuando recoges el pecado que te lastimó y te aferras a él. Usted no paga con la misma moneda para vengarse, sino más bien cierra la mano y la aprieta, repasando el feo acontecimiento en tu mente y vuelves a contarle la historia de tu dolor a cualquiera que quiera escuchar. Pero esa amargura lo va a destruir.

En mi primer empleo dedicaba horas y horas (y horas) a quitar la maleza de un campo de golf. Llenaba el tanque, agarraba el mango y apretaba el botón hasta que se acababa el combustible. Pero cuando terminaba el turno, casi no podía mover las manos. Me había aferrado al mango de la máquina que quitaba la maleza durante tanto tiempo, que tenía los dedos entumecidos en esa posición.

Así es la amargura. Cuanto más te aferres a la piedra, más difícil será dejarla ir. Hebreos advierte: «Mirad bien… no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe» (12:15). La amargura es una raíz que produce frutos tóxicos. Te deja entumido, estancado y contaminado. Amargarte nunca mejora nada.

Así que, amigo, deja esa piedra en paz. Abre tu mano con oración y deja ir el pasado. Pídele ayuda al Espíritu Santo (¡Él quiere que lo hagas!). Pídele a tu Padre que te recuerde que te perdonó. Pídele a Jesús que te ayude a amar a tus enemigos, al igual que Él te amaba cuando tú eras su enemigo.