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Hasta el silencio es alabanzaMuestra

Even Silence Is Praise

DÍA 5 DE 5

Alabado sea Dios de quien fluyen todas las bendiciones


“¡Que todo lo que respira alabe al Señor!” (Salmo 150:6)


En el Nuevo Testamento, Jesús cuenta la parábola de la oveja perdida. El hombre tiene cien ovejas, lo cual son muchas ovejas, y pierde una de ellas. Busca en lo alto y lo bajo hasta que la encuentra y celebra. Llama a sus amigos y vecinos y tienen una fiesta. “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido” (Lucas 15:6 NVI). En esta parábola enfatizamos el aspecto de la una de cien. Todos cuentan. Nada está bien hasta que todos somos encontrados. La oveja perdida es tan importante como las noventa y nueve. Pero no olvides la celebración, es algo grande. Este hombre llama a sus amigos y vecinos y probablemente descorcha su mejor botella de vino o hace una parrillada con el becerro gordo. Seguro que gastó más en la fiesta que lo que hubiese costado reemplazar la oveja perdida. La celebración es importante, es regocijarse por el alma recuperada.


En Lucas 15:10 Jesús dijo, “Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”


Imaginamos a la alabanza como bulliciosa o estridente. Deseamos hacer ese ruido gozoso del cual habla el salmista. Sin embargo, imagina cómo podrías hacerlo en silencio.


Cuando era niño y no podía dormir, mi papá se sentaba a la orilla de mi cama acariciando mi espalda por un minuto. Entonces me hablaba guiándome por las distintas partes de mi cuerpo desde mi pie hasta mi cabeza, hasta que me dormía. Era como una meditación guiada antes de que supiese que tales cosas existían. "Siente los dedos de tus pies quedándose dormidos. ¿Ves lo relajados que están? Se están durmiendo uno a uno. Ahora tus piernas se están relajando; están tan cansadas que también duermen...”


Nunca me dormía de inmediato pero una sonrisa pasaba por mi cara. Mi padre me estaba dejando saber que me amaba, él estaba ahí conmigo. Podía cantarle una alabanza pero no decía ni una palabra, después de todo, se supone que me estaba quedando dormido pero burbujeaba de gratitud desde mi interior. Alabanza silenciosa.


Piensa en lo que ocurre con una buena presentación de teatro, de un concierto, o incluso de un sermón. Un silencio profundo acoge a la audiencia o a la congregación. Es un momento que es más grande que todos nosotros juntos. El silencio es sagrado. Es el mayor cumplido que puedes darle al intérprete o actor, silencio agradecido. No quieres aplaudir porque no quieres romper el encanto.


Puedo imaginar que Dios ama ese tipo de silencio como cualquiera de nosotros. Quizá lo ama porque es un silencio compartido. Dios está en él con nosotros.


Cuando entras en la oración contemplativa, surgirán todo tipo de emociones negativas. Tienes que prestarles atención, no pienses que mientras más oraciones hagas, más calladas estarán las emociones. Lo que sucede es que te acostumbras a reconocerlas y la pones en su debido lugar. Celos, ira, codicia, autocompasión, fariseísmo y estrechez de visión, toman el asiento de atrás. Puedes reemplazarlas con alabanza, gratitud, amor, esperanza, fe y silencio.


La oración contemplativa es un proceso. Puede que seas perfecto en ella; yo no lo soy. Tengo la oportunidad de trabajarla, tengo la oportunidad de sumergirme en el silencio, tengo la oportunidad de hacer un espacio para ella, sentarla a la mesa. Tengo la oportunidad de alabar a Dios con mi boca y mis ojos cerrados, y mi cuerpo quieto. A veces viene el impulso de levantar una mano. ¿Quieres orar mientras estás sentado en tu escritorio? Levanta una mano. Levanta ambas manos.


Tus colegas pensarán que te estás estirando, también lo estás haciendo pero estás tocando los cielos. No están tan lejos, ahí mismo, sobre tu escritorio y a tus pies, todo alrededor tuyo. Imagínatelo.


No me sorprende que "Cuán grande es Él" de Gustav Boberg, es uno de los himnos más populares hasta el día de hoy. La grandeza de Dios es nuestra para compartirla. Gloria reflejada. “Mi corazón entona la canción," dice la letra, "Cuán grande es Él, cuán grande es Él." Es mi alma que canta. La tuya también. ¡Alaba a Dios con todo lo que hay dentro de ti!


Responde


¿Tienes alguna alabanza o himno favorito? ¿Cuál es?


Escribe una oración de alabanza al Señor.


Oración


Precioso Jesús, ¡eres digno de adoración y mereces nuestra continua alabanza!


Escrituras

Día 4

Acerca de este Plan

Even Silence Is Praise

Estos cinco devocionales diarios están basados en el libro de Rick Hamlin, El silencio es alabanza: silencia tu mente y despierta tu alma con meditación cristiana. El silencio habla volúmenes y se convierte en una herram...

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Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proveer este Plan. Para más información, por favor, visita: https://www.thomasnelson.com/p/even-silence-is-praise/

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