Con Sus FuerzasMuestra

De pie

Hay momentos en la vida en los que necesitamos ponernos de pie, lo digo en sentido figurado. Estar sentados, mientras la ocasión nos llama a la acción puede ser producto del desgano, del desánimo o la debilidad. Nos sentimos paralizados, pareciera que nos faltan fuerzas y ganas para ponernos de pie. No podemos negarlo, es algo que en alguno que otro momento nos ha pasado, o quizá sea algo que te esté sucediendo en este momento.

Dios sabe acerca de esos momentos, pero no nos alienta a permanecer en ese estado. Él no quiere que permanezcamos sentados cuando lo que debiéramos hacer es ponernos de pie. ¿Qué nos entiende? Claro que nos entiende. Pero eso no quiere decir que su comprensión se manifieste pasándonos la mano y dejándonos en ese estado de inercia.

Al contrario, Dios nos invita a levantarnos, su Espíritu Santo nos alienta y nos fortalece, de tal manera que podamos ponernos de pie dejando a un lado el desánimo y la dejadez. Sentados no podemos servir como debemos, no podemos continuar el camino que requiere empeño y diligencia. Dios nos anima para que dejemos a un lado la queja, la rutina, la pereza y la apatía.

Cuando el ejército de Israel tenía que enfrentar al enemigo, se ponía en movimiento y se preparaba para la batalla. Pero lo que hacía que venciera era que Dios estaba con ellos. Cuando esa fue su fe siempre resultaron vencedores. Dios estaba con ellos.

Es bueno que nos agarremos de las promesas de Dios, de su poder, de su grandeza y nos pongamos de pie. La confianza, la fe y la esperanza nos hacen sentir reposados y confiados, y eso no es estar sentados. Eso es saber que nos sostiene Dios y que lo que necesitamos para perseverar y seguir nuestro camino nos es provisto por Él.

De manera que no podemos confundir una actitud de descanso en el Señor con una de inmovilidad y abandono. Dios quiere que descansemos en Él, que nos aferremos a su Palabra y que vivamos reposados. El salmista lo sabía y contaba su experiencia en el salmo veintitrés, “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma…” Sal. 23:1-3

Pero como Pablo decía: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.”Rom. 12:11 Amados, la voluntad del Señor es que estemos de pie, llenos de vitalidad y fortalecidos por el poder del Espíritu Santo en nosotros. Levantemos nuestra mirada y hagamos como Moisés que se sostuvo viendo al Invisible. Heb. 11:27

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