Potenciados a Partir de la Enfermedad

En tiempos de pandemia y temor ante la enfermedad como nos ha tocado vivir en los últimos años Dios nos promete su poder sanador sobre cada una de las áreas de nuestra vida. Dios no se limita solo a nuestra sanidad física, la sanidad física es algo momentáneo dado que en algún momento este cuerpo biológicamente irá deteriorándose y dejará de funcionar. El Señor en su palabra nos promete sanidad y ante la muerte y desazón los que creemos en Él nos potenciamos y revitalizamos sabiendo que en Él somos sanos.

Cristo sana nuestro corazón, curando nuestras heridas del pasado y creando un corazón nuevo. Nuestro corazón cuando es curado por Cristo comienza a latir al ritmo de Él.

El Señor sana nuestro Espíritu y podemos ver que somos seres espirituales y si Cristo no reina en nosotros estamos muertos. Su Espíritu nos renueva cada día.

También tenemos su promesa sanadora sobre nuestro cuerpo.

Dios tiene poder sanador sobre toda enfermedad y su poder traspasa hasta la vida misma a través de su poder de resurrección. Nuestro cuerpo requiere ser cuidado por respeto a nuestro Creador, pero sabemos que el hombre desde su creación ha necesitado la cobertura divina para su integridad física.

Él sana nuestros proyectos y nuestro futuro.

Solo Cristo puede cerrar las heridas de nuestro pasado.

En Cristo podemos tener un presente sano que nos proyecte hacia un futuro bendecido.

Un pasado sanado, produce un presente sano y un futuro de esperanza y bendición.

Cuando Cristo nos sana, lo hace de manera completa. ¡Él sana nuestra familia, nuestra economía, relaciones, nuestra mente ÉL NOS SANA!

Busquemos ser sanados de manera integral, dejemos que Cristo ponga su mano sobre nosotros y recibamos su sanidad poderosa sobre nuestra vida, nuestra familia y nuestros hermanos.