El PerdónMuestra

Alguna vez leí en Twitter una frase que cambió mi vida, no recuerdo de quien era, pero reconozco al Señor en ella, decía así: “La ocasión que más nos parecemos a Jesús es cuando perdonamos”. ¡Piénsalo!

Hace un par de días analizamos que el perdón es parte fundamental de nuestra vida en Cristo, nos hace reflexionar que si buscamos seguir el ejemplo de Jesús, buscamos parecernos a Él lo más posible. Jesús en todo el tiempo de Su ministerio hablaba de la misericordia y el perdón, las palabras de los discípulos al predicar el evangelio iniciaban con el perdón de pecados. Dios mismo en los 66 libros de Su autoría no omite en ninguno de ellos la palabra “perdón”; verdaderamente cuando ponemos en práctica aquello que deberíamos esforzarnos por imitar al pie de la letra de nuestro Señor, es cuando más nos parecemos a Él.

Verás, el perdón no es algo que debamos considerar poner en práctica dependiendo de a quien perdonaremos o lo que nos haya hecho o su gravedad o la fuerza con la que nos hirió, ¡no!, el perdón es algo que debemos poner en práctica por nosotros mismos. 

Cuando nosotros perdonamos, estamos cerrando la puerta al pecado; cuando nosotros perdonamos, no es que liberemos a alguien de lo que nos hizo, sino que nosotros mismo nos liberamos de lo que nos produjo la actitud o acciones de alguien mas. En otras palabras, perdonar significa sacar la basura de nuestros corazón que permitimos que alguien alguna vez nos arrojara, y lee bien esto, sin el perdón no puede haber santidad. Es por eso que Dios perdona, porque Él no puede guardar en Su corazón el daño que muchas veces nosotros le infligimos con nuestro pecado; que hay condicionantes como el genuino arrepentimiento, es verdad, y a través de algo que Dios mismo otorga, es como Él determina quitar eso de Su presencia y arrojarlo al fondo del mar, ¿podremos hacer lo mismo hoy, en este momento? Ven a libertad, ¡perdona!