El PerdónMuestra

Cuando nuestra falta de perdón es evidente en nosotros, nos olvidamos de reflexionar que es mil veces más dañino a nuestra alma y espíritu el no perdonar, que el aparente “castigo” que ilusamente creemos que infligimos contra aquellos que nos dañaron. La amargura, la murmuración, los malos pensamientos, la frustración, la tristeza, el enojo, la venganza, y una larga lista de obras de la carne se anidan en nuestro corazón por la falta de perdón, ocupamos ese lugar que debería ser lleno por el amor, la paciencia, la misericordia, el gozo y la mansedumbre por la basura que produce la falta de perdón. 

Podemos justo en este instante reflexionar acerca de aquello que ha caracterizado nuestra personalidad y estoy seguro que encontraremos muchos rasgos que no siempre estuvieron ahí, en nuestras emociones y alma, sino que en algún momento dimos cabida por algo que nos hicieron. En nuestras 5 áreas de la vida (espiritual, familiar, laboral, social y emocional) siempre hemos tenido que luchar por vivirlas de la manera adecuada, no podemos decir que no es así, si fuera todo lo contrario, ¿qué hacemos a los pies de Cristo? Y es justo por ese esfuerzo que la adversidad se presenta y usa diferentes armas para dañarnos y provocar en nosotros que la tierra fértil de nuestro corazón en Cristo se vuelva un basurero y reciba las semillas de mal sembradas por el pecado y aceptadas por nosotros cuando carecemos de misericordia y perdón.