Camino de Esperanza

¿Viste alguna vez una foto de algún desierto del mundo o estuviste en alguno de ellos? Cuando lo ves por primera vez impresiona lo árido, caluroso y silencioso del paisaje. Llegas a pensar ¿quién podría vivir aquí?, porque lo cierto es que las condiciones del lugar no son amables y no lo hacen un destino popular.

La Biblia relaciona el concepto del desierto con temporadas de nuestra vida, donde sentimos que Dios hace un profundo silencio. Y pareciera que las únicas voces que logramos escuchar son aquellas que brotan desde nuestro interior. Nos preguntamos “¿Dios, dónde estás? ¿Por qué no puedo verte ni sentirte?

Nuestro corazón busca una salida, pero no vemos nada. Y ahí, cuando nuestras fuerzas y capacidades se agotan, donde el cielo parece de bronce es cuando se hace oír el susurro del Espíritu Santo. Entonces las sombras se van y Dios te inunda con su luz. Huye la angustia y eres abrazado por el Dios de paz.

Entonces tu desierto florece y todo lo que viviste es transformado en un camino de esperanza.

Nuestra oración hoy es: “Señor, pongo mi confianza en ti, y sé que convertirás el desierto de la desgracia en camino de esperanza."