Un Amor ImpactanteMuestra

La demostración de un amor impactante

¿Qué palabras usarías para describir tus experiencias religiosas anteriores? ¿Pensarías en «amorosas», «perdonadoras» o «auténticas»? O ¿te viene a la mente «distantes», «indiferentes», «enojadas» o «hipócritas»? Nuestras experiencias pasadas pueden oscurecer nuestra visión actual de Dios. Los descriptores que usamos para las personas que más nos han influenciado suelen correr paralelos a cómo etiquetamos a Dios. 

Reconocer esto es crucial porque muchos de nosotros nos relacionamos constantemente con Dios en función de los éxitos o fracasos de quienes nos influencian. Tal vez creciste alrededor de líderes espirituales o de padres que te contaron una historia sobre la gracia, pero vivieron una vida basada en el desempeño, como si la gracia fuera una especie de cuento de hadas. Esta desilusión nos lleva a alejarnos de Dios o a pasar toda nuestra vida esforzándonos por ganarnos su favor. 

El evangelio lo cambia todo cuando nos damos cuenta de que la gracia es la realidad y la religión es el cuento de hadas. Ganarse el favor de Dios es un concepto que solo existe en nuestra imaginación. El amor del Padre es mucho más que eso. Es mejor que una gran oferta o un pago de honorarios, y su estabilidad es independiente de cualquier acción de nuestra parte. En pocas palabras, su amor es tan bueno que no puedes comprenderlo. 

Y el foco de su amor eres tú. 

Eres el pensamiento que consume la atención de Dios, y no hiciste absolutamente nada para llegar allí.

La muestra definitiva del amor impactante y desvergonzado de nuestro Padre se encuentra en Jesús. En la traición, el maltrato y la vergüenza que Jesús soportó en la cruz, vemos un eco de la humillación que el padre de la historia del hijo perdido tomó sobre sí mismo. Así como el padre se recogió la túnica para correr hacia su hijo que no lo merecía con el fin de quitar su vergüenza, Jesús colgó expuesto públicamente por un mundo que no lo merece para quitar nuestra culpa. Hoy la cruz, aquello que alguna vez fue un símbolo de vergüenza, representa para siempre el amor y la compasión constantes del Padre perdonador. 

Reflexión: ¿De qué manera tus experiencias pasadas han contaminado tu visión del amor del Padre? ¿Te sientes tentado a orar solo cuando te sientes lo suficientemente digno? O ¿eres capaz de ser vulnerable en la oración, y reconoces tu necesidad de perdón y fortaleza?

Oración: Jesús, tu disposición de obedecer al Padre y llevar mi vergüenza en la cruz queda más allá de lo que puedo comprender. Gracias por enfocar tu amor en mí, y por darme un hermoso ejemplo de cómo amar desinteresadamente a los demás.