Orando fervientemente.Muestra

La oración abre las puertas menos esperadas.

Una poderosa cualidad de la oración es que a través de ella recibimos enormes bendiciones, cosas que no podemos siquiera imaginar se desatan con el poder de la oración. 

Claro que cuando oramos debemos hacerlo con toda la fe porque ella es la que activa en nosotros elevar nuestra mirada en las peores circunstancias y rendirnos delante de Dios, recordemos lo que nos dice Hebreos 11:6 “6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Para que nuestra oración sea ferviente y veamos que llega una respuesta a nuestra petición es necesario agradar a Dios creyendo que Él es real, que escucha y que contesta en amor hacia nosotros sus hijos e hijas. 

Una de las mayores dudas que se nos genera cuando estamos orando es si lo hacemos bien, créeme que cuando nos acercamos con confianza delante del Trono de la Misericordia por medio de Jesucristo y abrimos nuestro corazón al Padre derramando lágrimas muchas veces, esa oración no es pasada por alto, es una oración que tendrá respuesta de parte de Dios en el momento preciso, sólo debemos tener fe y continuar creyendo en que vendrán tiempos mejores. 

Siempre recuerda que la oración abre las puertas menos esperadas en el momento oportuno, la mano de Dios se mueve de maneras maravillosas, solo confía en Él y no creas las mentiras de Satanás que te dice que no eres merecedor de la gracia y el amor de Dios. Oremos:

Amado Padre eterno, Dios de amor y misericordia, hoy más que nunca necesitamos de ti en nuestra vida, sabemos que los tiempos son malos, pero tú eres nuestro Padre y estás en cuidado de nosotros, ayúdanos cada día a orar con mayor fe de que escuchas cada una de nuestras palabras y que responderás cada petición en el momento oportuno, sabemos que eres real y que estás en control de todas las cosas y por eso reposamos en ti, quita todo temor, angustia o duda de nuestro corazón y ayúdanos a seguir adelante, amén.