Creer Que Él es Algo

Por Pastor Dan Hickling

“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.”—Galatas 6:3 (RVR1960)

Nada puede desviar más el crecimiento espiritual que una actitud de justicia propia. En el momento en que comenzamos a creernos superiores a los demás y cuando asumimos que valemos más que los otros; nos hacemos más daño a nosotros mismos del que nos podrían hacer las fortalezas espirituales más oscuras: Nos ponemos a nosotros mismos en una posición en la que Dios no nos puede bendecir. 

Dios ha dejado claro que Él se opone al orgulloso en el Salmo 138:6 y en Proverbios 3:34. Y solo en caso que estemos tentados a pensar que eso es lenguaje del Antiguo Testamento, Él lo repitió dos veces más en el Nuevo Testamento (Santiago 4:6 y 1era de Pedro 5:5). Y por si acaso tenemos alguna sospecha de que tenemos “algo” especial de que alardear, Jesús se encargó de este asunto, de una vez y por todas en Juan 15:5 al declarar que apartados de Él, no podemos hacer “nada”.

Si una cosa está clara en esta vida, es esto: ¡El orgullo no tiene lugar en el Pueblo de Dios! Y si pensamos lo contrario, simplemente nos engañamos a nosotros mismos. Una vez más, esta actitud actúa en nuestras vidas como una cárcel espiritual, que detiene abruptamente nuestra libertad para crecer en nuestra relación con Dios.

Ahora, si tu corazón trabaja un poco como el mío, debes estar pensando, ¡que bueno que yo no soy culpable de sufrir de orgullo como otra gente! ¡Detente! ¿Te das cuenta de lo que pasó? ¿Puedes ver lo sutilmente invasivo que puede ser el orgullo? Está acechando y listo para atacarnos por todas partes. ¡Hasta podemos llegar a sentirnos orgullosos de no ser orgullosos!

Aunque tenemos un enemigo tan intimidante como el orgullo, no podemos morar en el valle de la derrota. Debemos entender que el poder de El Señor es más grande que el poder de el orgullo y Él está de nuestro lado para vencerlo. Es una batalla que podemos ganar; Dios no hubiera dicho que somos victoriosos si no fuera posible!

Entonces como le ganamos la batalla al orgullo? Teniendo la perspectiva correcta y observando las cosas correctas. Si nos enfocamos en las otras personas, y nos comparamos con otros, comenzaremos a vernos a nosotros mismos como “algo”. Pero si nos enfocamos en el perfecto Hijo de Dios, quien sufrió y murió a causa  de nuestros pecados delante de Dios, entonces lo veremos a Él como “algo” y a nosotros como “nada” en  comparación a El.

No te distraigas, mantén tus ojos fijos en Jesús y tendrás la perspectiva correcta para verlo a Él y a ti mismo como deberías.