CorajeMuestra

El Uniforme

La vida cristiana no consiste en ser amables. Ciertamente estamos llamados a manifestar el fruto del Espíritu, como la bondad y la mansedumbre, sin embargo, las Escrituras también dicen que estamos comprometidos con la guerra espiritual.

Cuando leemos los evangelios, vemos que Jesús no siempre fue el más amable. En mi opinión, fue francamente grosero con los fariseos. También volteó las mesas en el templo. Decidió no hablar con Herodes. Le dijo a la adúltera que se fuera y no pecara más. Sin embargo, Jesús buscaba lo mejor para aquellos con los que se relacionaba.

La realidad es que vivir la vida cristiana es a menudo una lucha. En Efesios, Pablo dice que nuestro enemigo no es una persona, sino las fuerzas oscuras de este mundo. Como cristianos, se nos da un uniforme para usar durante la guerra.

Nuestro uniforme es la armadura de Dios, que tiene un diseño similar al uniforme de un centurión romano. Es una vestimenta de guerrero. Antes de salir por la puerta cada mañana para enfrentar cualquier guerra espiritual, debemos ponernos nuestro centurión espiritual. Como hijos de Dios, necesitamos estar listos para pelear. Hay una guerra allá afuera; debemos vestirnos de acuerdo a ella.

Repasemos este uniforme del que habla la Palabra de Dios. La verdad es el cinturón que llevamos puesto. Une el conjunto para mantenernos preparados. La justicia es el chaleco antibalas que protege nuestro corazón. La salvación es nuestro casco y la palabra de Dios es nuestra espada. Cada pieza es necesaria. Es un uniforme que nos prepara para enfrentar con coraje las tentaciones y las batallas espirituales. Es una armadura que nos ayuda a vivir una vida de obediencia fiel. 

Se nos enseña a resistir el mal y la tentación. Es un gran pensamiento. Sin embargo, el mal sólo tiene éxito si abandonamos la lucha. Ganamos cuando resistimos la tentación de Satanás. Jesús nos llama a mantenernos firmes como lo hizo él. La obediencia fiel es un acto de valor.