¿Puede Aún Confiar en Dios?Muestra

¿Pudiera afirmar que lleva una vida santa y que anda en obediencia al Señor? De no ser así, quizás ha cedido ante un ataque satánico, le ha creído las mentiras del diablo, y se ha dado por vencido de cierta manera. Lo que a primera vista parecía una tentación inocente, puede llegar a convertirse en una fuerte atadura. Los cristianos debemos vivir bajo la autoridad de Dios, pero el enemigo desea que estemos bajo su influencia, y hará todo lo que esté a su alcance para destruir todo lo bueno que hay en nuestra vida. Los objetivos de Satanás son claros y específicos. Desea alejar a los cristianos de Dios y quitarle al Señor la gloria que merece. Mientras que el diablo esté a nuestro alrededor, sufriremos sus ataques. Así que la pregunta no es cómo podemos evitar los ataques satánicos, sino cómo salir vencedores. 

El apóstol Pablo explica el plan de batalla en el sexto capítulo de Efesios. En primer lugar, debemos identificar al enemigo (Ef 6.11, 12). En segundo lugar, tenemos que ponernos la armadura de Dios y estar firmes (Ef 6.13-17). El siguiente versículo revela la clave para resistir los ataques de Satanás; debemos aferrarnos al poder de Dios. ¿Cómo podemos tener ese poder en nuestra vida mientras enfrentamos cualquier dificultad? Solo hay una manera; por medio de la oración (Ef 6.18).

Por medio de la oración el Señor derrama su poder y protección, los cuales nos capacitan para llevar una vida santa y apacible, que sea de su agrado, aún en medio de cualquier circunstancia. Es solo gracias a la oración que nuestra mente y espíritu pueden discernir lo que otros no ven. Podemos llegar a discernir que estamos ante ataques del enemigo dirigidos a nuestras finanzas, familia, amistades o salud. Lo que más aborrece Satanás es estar ante un creyente en Cristo que persiste en la oración y se apropia de las promesas de Dios. El enemigo no puede prevalecer ante la oración que persevera, pues frustra sus intenciones y le hace huir en retirada. Y si por el contrario no oramos, nos ponemos en una posición de derrota.