Minimalismo cristiano: Pasos simples para vivir abundantementeMuestra

Comunión

Instintivamente sabemos que nuestras relaciones con los demás son un aspecto para reconocer lo que importa más en nuestras vidas, y aun así usualmente ponemos otras cosas por delante de nuestros amigos, familiares, y seres queridos. ¿Y si vives como un cristiano minimalista, y eliminas esas cosas que se interponen en el camino y te impiden enfocarte en esas personas que realmente importan en tu vida?

Puedes hacerlo. Dios creó al ser humano para estar en comunidad. En 1 de Corintios 12, Pablo usa el ejemplo del cuerpo para describir la comunidad en Cristo. Jesús es la cabeza del cuerpo; el cuerpo, en primer lugar, toma las señales de Jesús. En una comunidad cristiana, somos dirigidos y guiados por Jesús. Sin la cabeza, el cuerpo no puede sobrevivir. La comunidad cristiana no puede sobrevivir sin la guía de Jesús. 

Por lo tanto, para poder enfocarnos en la comunión, primero debemos enfocarnos en Jesús y escucharlo. Todos somos miembros de un mismo cuerpo, el Cuerpo de Cristo. Eso es unión: todos juntos trabajando de la mano para hacer lo que la cabeza, Jesús, le dice al cuerpo que debe hacer. Pero la unidad no es lo mismo que la conformidad. No todos somos lo mismo.

En Romanos 12:4-5, Pablo nos dice que estamos creados para vivir en relación unos con otros, a través de Jesucristo—a pesar de que no somos iguales, todos venimos unidos con un mismo propósito. Sabemos que nuestra relación con los demás es uno de los aspectos más importantes de la vida. Pero de forma frecuente, otras cosas se ponen en el camino a la hora de enfocarnos en la familia, los amigos y la comunidad. La comunión pasa a un segundo plano frente a otras cosas menos importantes.

¿Cómo Dios te está invitando a enfocarte en lo que realmente importa al pasar más tiempo en comunidad intencional? ¿Cómo puedes conectarte mejor con los seres queridos y tus hermanos en Cristo?