El Milagro Del ArrepentimientoMuestra

"Arrepentidos, Perdonados y Limpios"

Cuando somos contristados por el Espíritu Santo, por desobedecer a Dios, debemos tener claro que el propósito es el arrepentimiento, el perdón y la conversión. El poder ser convencidos por el Espíritu, de nuestra desobediencia al Padre, es una de las manifestaciones sobrenaturales que los hijos de Dios agradecemos infinitamente por poder vivirlas. Nos es motivo de gozo y esperanza, porque estamos siendo llamados a obediencia. Dios nos está dando oportunidad para ser perdonados y limpios; su Espíritu nos convence de su voluntad, de caminar de la manera en que Él quiere que lo hagamos, en santidad. ¿Acaso no es esta una muestra de su amor y su bondad? ¿Acaso no es esta una muestra del llamado que nos hace para confirmarnos su paternidad? Este acto de amor nos debe llevar a aferrarnos a Él con mayor deseo, y no al contrario, a alejarnos de sus caminos, supuestamente, porque nos sentimos indignos. Obviamente somos indignos de Su perdón, amor y misericordia; pero es por su gracia que nos ama y nos perdona, no porque lo merezcamos.

No puede haber ninguna justificación para alejarnos de los caminos del Señor. Si el sentirse indigno de Él, se convierte en la justificación para que alguien se aparte de sus caminos, entonces nunca lo conoció y nunca comprendió lo que significa su amor. Porque en su amor no hay condenación, en su amor hay perdón, sanidad, libertad y restauración.

Quien no atiende el llamado de Dios al arrepentimiento, sencillamente es porque quiere seguir pecando, es porque ama más al mundo y su carne. No hay otra explicación más que su rebelión y desobediencia.

Jesús nos llama constantemente a través del Espíritu para que nos arrepintamos, seamos perdonados y limpios. Para que seamos santos, como Él.

Jesús dijo: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen. Les doy vida eterna y no morirán jamás, nadie me las puede quitar. Mi Padre me las dio y Él es más grande que cualquiera. Nadie se las puede quitar." Juan 10:27-29