Un Llamado a La EsperanzaMuestra

 ¿Cómo ser resilientes o desarrollar resistencia en Cristo?

Con tantas personas experimentando dificultades, cambios, giros y transiciones con las que nos está desafiando el viaje de la vida en tiempos de la actual crisis mundial, es vital que las personas de fe desarrollemos un espíritu de resiliencia lo más pronto posible, a partir de una sana y adecuada interpretación de las escrituras y la obra redentora de Cristo en la cruz a favor nuestro.

Es verdad que a ninguno de nosotros nos gustaría enfrentar momentos de adversidad, pero todos los recibimos en algún grado y en algún momento. El proverbio citado anteriormente nos desafía con algo muy importante sobre nuestra realidad en Cristo: “Cuando aparezca la adversidad, confíe en Dios y procure no desanimarse.” 

Como seguidor de Jesucristo, será vital para su paz interior, entender y aceptar plenamente la realidad de que experimentará contratiempos, dificultades y derrotas. Algunas serán complejas, otras no tanto. Lo cierto es que llegarán en algún momento y pondrán a prueba nuestra resistencia en Cristo.

En Isaías (43:1-2), el profeta nos da tres valiosas razones para no temer, cuando pasemos por las aguas y por el fuego, aclaro: “¡No dice que No pasaremos, dice, que cuando pasemos por las aguas y por el fuego!”

• Dios pensó en nosotros, antes de que nosotros pensáramos en Él, lo cual indica que aún en los momentos más complejos de nuestra existencia, Dios estará presente, nada lo tomará a Él por sorpresa: “Creador tuyo… y Formador tuyo.”

• Nos da un mandamiento para recordar en los tiempos de adversidad, acompañado de una promesa: “Tú eres mío… No temas… Te puse nombre”. Y esto es maravilloso porque indica que Dios no nos dejará a nuestra suerte.  “Yo te redimí… Te rescaté”

• Nos da la garantía de Su presencia para ayudarnos a superar los obstáculos: "Cuando cruces las aguas… cuando cruces los ríos… cuando camines por el fuego… Yo estaré contigo."

Querido amigo/a, las personas de fe buscamos en el Señor la fuerza y la capacidad para sobreponernos a los momentos críticos que nos presenta la vida. Impulsados por la fe nos volvemos resistentes en respuesta a la adversidad, y por la gracia del Señor buscamos una salida, decimos: “Esto es difícil, complejo, me cuesta, duele, pero decido confiar en el amor de Dios y enfrentaré esto.”

Recuerda, desde antes del primer amanecer en tu vida, Dios te ha amado con amor eterno, por tanto, te ha prolongado Su misericordia.

(Jer. 31:3)