Caos Sobreviviendo a La Confusión AbsolutaMuestra

Adora

Según los teólogos, la adoración, es decir, nuestro amor, reverencia y servicio a Dios, pueden ser motivados por dos razones: por el temor a Dios, es decir que adoras porque sabes quién es él, y por el amor, esto como consecuencia de tener una relación profunda con él. Nuestra meta como cristianos debe ser adorar a Dios por ambas razones, sin embargo, ¿Qué tan fácil será adorar a Dios por amor en medio del caos?

Puede ser que por tu estrecha relación con Dios me digas que incluso en medio del caos es lo primero que harías, buscar a Dios porque sabes que él te ama y tú lo amas, pero ¿qué sucedería si en alguna ocasión, debido a que tu dolor, confusión o frustración fuera tan grande, no quisieras adorar por amor?

La Biblia nos revela que en ocasiones hombres de Dios no quisieron adorar, más bien se quejaron y mostraron su enojo a Jehová. Un ejemplo de esto fue Jonás, a quien le desagradó tanto lo que Dios le estaba pidiendo que oró al Señor para que le quitara la vida.

El enojo hacia cosas que desde nuestra perspectiva parecen injustas, la enfermedad en personas que amamos, la pérdida de nuestros seres queridos, la violencia, el hambre, la corrupción, en otras palabras, el caos en este mundo, podría provocar que hasta el más espiritual, en momentos de flaqueza, simplemente no tenga ganas de adorar. 

Es allí donde tiene que entrar la adoración por quien es Dios, aunque no entendamos, aunque nuestro problema no haya cambiado, aunque el dolor parezca no tener fin, adorar a Dios será siempre el mejor antídoto para que el caos termine.

La adoración desde el punto de vista humano es ofrecer y recibir, pero te tengo una gran noticia, túnunca darás más de lo que Dios te dará a ti. Cuando te acerques a adorar en medio del caos, tú le entregarás a Dios dolor y él te devolverá paz, tú le entregarás a Dios tristeza y él te devolverá gozo, tú le entregarás a Dios frustración y dolor y él te entregará un corazón sano y una vida libre de caos,y como el salmista podrás decir que tu alma ha quedado satisfecha.