Virus Letal vs Salvación EficazMuestra

Salvación Eficaz

Así como el virus letal del pecado trae muerte y destrucción a quienes insisten en vivir en desobediencia a Dios, de la misma manera el regalo de la salvación que muchos hemos recibido (y confío muchos más recibirán) es una salvación eficaz; es decir, la salvación que ejerció Jesús en favor de aquellos que creemos en Él, le recibimos como Señor y deseamos vivir como Él vivió en obediencia al Padre es una salvación vivificante, dada una sola vez y para siempre.

No hay nada de tu pasado ni de tu presente ni siquiera de tu futuro que pueda acusarte. Si así fuera, estaríamos dando por obsoleto el sacrificio de Jesús, estaríamos afirmando que no fue suficiente y que tendría que morir una y otra vez por causa de nuestra maldad. 

Ahora bien, no significa que quien haya recibido el don de la salvación pueda decir que puede justificar una vida deliberada de pecado. Nadie puede decir que fue salvo por Jesús pero su vida sigue siendo la misma. Nadie puede decir que fue salvo por Jesús y sigue viviendo en desobediencia a Dios. Que caigamos en pecado es una cosa pero que nos habituemos a él y llevemos una vida de pecado es otra totalmente diferente. 

Cuando un hijo de Dios peca no lo hace deliberadamente. Una vez consciente de su caída por el Espíritu que le redarguye no va a querer otra cosa que rendirse en humillación ante su Padre quien es misericordioso para borrar toda carga de culpabilidad gracias a Jesús por quien hemos sido reconciliados con Él.

Una vez salvos por Jesús, no hay nada ni nadie que pueda acusarnos, ni condenarnos. Esa es la libertad de la que gozamos los hijos de Dios, saber que somos suyos para siempre y que aún ni Él ni nosotros mismos podemos quebrantar su pacto, Él es santo y nosotros hemos sido sellados con su Espíritu que nos guía a vivir conforme le agrada. Mientras tengas clara esta verdad, buscarás siempre obedecer a Dios no por obligación sino por amor y por gratitud, reconociendo que disfrutar de su amistad es lo más maravilloso que puedes hacer y que nada se compara con el honor de estar cerca de Él y de su Hijo.