Discerniendo la profecía y las señales de los últimos tiemposMuestra

(Todos los versos de la Escritura están tomados de Reina-Valera 1960.)

La verdad sobre la venida de Jesús

¿Volverá Jesús realmente a la tierra? La idea de Su regreso no es una teoría vacía o un cálculo humano. La Palabra de Dios es una fuente fiable para entender la venida de Cristo. Además de los profetas del Antiguo Testamento que proclamaron la segunda venida del Mesías, las Escrituras nos proporcionan varios otros testigos poderosos acerca de la verdad del regreso de Jesús. Esta verdad se encuentra en el testimonio profético de Jesús mismo; de Sus apóstoles, que lo escucharon directamente de Él; de los ángeles de Dios; y del Espíritu Santo.

Jesús mismo

Jesús anunció Su regreso en diferentes partes de los Evangelios. (Vea, por ejemplo, Mateo 26:64; Marcos 14:62; Lucas 21:27.) Él no volverá como siervo para morir por nosotros otra vez, sino que ahora vendrá como gobernante. “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:16). Jesús confirmó que regresaría; incluso expresó este hecho en el libro de Apocalipsis cuando dijo: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin…el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8).

Los apóstoles de Jesús

Jesús les enseñó a Sus discípulos acerca de Su segunda venida. “Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3).

Más tarde, los apóstoles, incluyendo a Pablo, instruyeron a la iglesia sobre el regreso de Cristo. (Vea, por ejemplo, 1 Tesalonicenses 5:23; 2 Timoteo 4:1–2; Hebreos 10:25; Santiago 5:7–9; 1 Pedro 1:13; 1 Juan 3:2; Judas 1:14). De hecho, ellos creían que Él volvería en sus días:

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:15–17)

Tengamos en cuenta que aquellos que murieron en Cristo se levantarán primero, seguidos por aquellos que todavía estemos vivos. Seremos transformados en un instante.

He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. (1 Corintios 15:51–52)

En el primer siglo, las señales de los últimos tiempos que Jesús describió aún no se habían cumplido. La generación actual de creyentes puede saber con gran certeza que la aparición de Cristo en las nubes es inminente; no sólo porque creemos que es así, sino porque las señales se están cumpliendo.

Los ángeles de Dios

Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:9–11)

Estos “hombres” con vestiduras blancas eran ángeles. Ellos les testificaron a los discípulos que la partida de Jesús confirmaba Su promesa de regresar. La forma como se fue anticipó la forma como regresará. Jesús ascendió a los cielos, y volverá por el camino de los cielos.

Asimismo, el ángel que habló con Juan cuando el apóstol recibió la visión del Apocalipsis confirmó el mensaje del evangelio, que incluye la segunda venida de Jesús. Juan escribió, “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis 19:10).

El Espíritu Santo

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven” (Apocalipsis 22:17). El Espíritu Santo clama en nuestros corazones, testificando el regreso de Jesús. Nosotros, que somos la novia de Cristo, clamamos que venga el Señor porque el Espíritu nos da revelación de Su inminente aparición.

Las voces de todos estos testigos nos hablan a través de las páginas de la Biblia. Por obra del Espíritu, la Escritura cobra vida en nuestros corazones. A través del testimonio de Jesucristo, de Sus apóstoles, de los ángeles de Dios y del Espíritu Santo, la Palabra de Dios nos revela que la venida de Cristo está cerca.