Journey Through John (Español)Muestra

Escritura:

3:17 Dios no envió a su hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de Él. 

Observación:

El corazón de Dios ama, da y salva. Su deseo es que todos vengan a Él y experimenten la vida que solo Él puede dar. Él no desea condenar, por el contrario, Él es un Dios generoso y misericordioso que está dispuesto a morir para salvarnos.

Aplicación: 

Como cristianos, en ocasiones preferimos condenar en lugar de amar como Dios hace. Buscamos hacer leyes sobre un puñado de pecados con los que no tenemos problemas y criticamos a las personas a quienes creemos que Dios no ama tanto como nos ama a nosotros.

Oración: 

Señor, ayúdame a actuar con los demás según tu corazón. Aun cuando veo el pecado que me incomoda en la vida de alguna persona, ayúdame a no condenarles con mi actitud, sino que pueda amarles como tú les amas. Perdóname por pensar que hay pecados que condicionan tu amor, mientras pienso que mis propios pecados no son tan malos. Dame compasión para todos, sin importar su comportamiento. Amén. 

Verdades para notar:

3:3-7 Además de nuestro nacimiento natural, necesitamos nacer espiritualmente.

3:8 El Espíritu Santo es como el viento: no lo puedes ver, pero puedes sentirlo y ver sus efectos.

3:13 Jesús fue humano, pero vivió en el cielo antes de nacer. 

3:14 La muerte de Jesús en la cruz permitió que todo aquel que creyera, pudiera tener vida eterna. 

3:16 Tanto Dios ama al mundo (a todos, buenos y malos) que dio a Su único Hijo para que hacer posible que todo aquel que crea en Él tenga vida eterna. 

3:17 El deseo de Dios es salvar a las personas, no condenarlas. 

3:18 Las personas se condenan a sí mismas si deciden no creer en Jesús como el Hijo de Dios.