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Dios en Mi MaternidadMuestra

Dios en Mi Maternidad

DÍA 3 DE 5

Día 3: ¿Dónde está Dios en mi maternidad? (La Sunamita)


Bienvenido nuevamente a nuestro hogar, he preparado una habitación para usted y su siervo. A lo que Eliseo responde: Muy agradecido, ¿hay algo que pudiera hacer por usted en gratitud? Giezi interrumpe al profeta y comparte el deseo de esta mujer de convertirse en madre. ¡Para el próximo año en esta fecha estarás abrazando tu hijo tan deseado! Ante la expresión de duda de la Sunamita, Eliseo reafirmó la promesa de vida en su vientre y la bendijo. Han pasado unos años y se revela que este niño estaba junto a su padre cuando sintió un inesperado y fuerte dolor de cabeza. Llevado a los brazos de su madre, este niño, pierde la vida.


Creo, que ha este momento del relato, necesitamos una explicación de Dios. ¿Cómo es posible que el niño muriera? ¿Dónde está Dios en la maternidad de la Sunamita? Sé, que al igual que yo, estás en una crisis pensando que esta mujer perdió a lo más sagrado. Murió su apreciado hijo. Fue en sus brazos que muere, qué momento tan difícil para esta madre. La Sunamita pensó que el Dios del profeta la había abandonado. Salió de su casa desesperada buscando respuestas. ¿Qué había sucedido? ¿Porqué Dios se olvido de su maternidad? 


¿Has pensado que Dios se olvido de ti? Quizás sí, pudiéramos pensar que nuestras crisis maternales no son tan importantes para Dios. Que nuestro clamor por nuestros hijos no llegarán al cielo. Si has pensado algo similar, te entiendo, lo he pensado también. Pero la historia continúa. 


Todo fue confuso, pero ninguno de los que estaban presentes se daban por vencido. Todos estaban a la expectativa del milagro que ocurriría en el niño. Su madre destrozada llena de dolor. ¿Y Eliseo? Eliseo orando pidiendo a Dios un milagro de vida. Hasta que unos estornudos irrumpieron en la habitación. “Mujer, te devuelvo tu hijo, lo entrego en tus brazos con vida”. ¡Algo asombroso acababa de suceder en la maternidad de esta amable mujer! Su hijo había vuelto a la vida. 


Reflexionemos: Dios nunca se olvidó de la desesperación de la Sunamita. Dios trajo consuelo y respuesta. Recogió cada lágrima convirtiéndolas en alegría y salvación. Hermosa mamá, quiero recordar a tu débil corazón que Dios nunca se olvidará de ti. Él está atento a tu clamor. Dios está en tu maternidad. Siempre. 

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Dios en Mi Maternidad

En ocasiones las madres podemos pensar que nuestras circunstancias son vanas para Dios. Que nuestra vida cotidiana no es importante para Jesús. ¡Qué bueno que estás leyendo estas líneas!, porque a partir de ahora comenz...

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Nos gustaría agradecer a Diariamente Mamá Podcast por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://anchor.fm/diariamentemamapodcast

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