Una bendición para todas las familias

Por Danny Saavedra

“Por lo tanto, sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe” (Gálatas 3:7 NVI) 

Un día, Dios le pidió a Abraham que empacara sus cosas, dejara a sus padres, a su casa y se fuera a una tierra lejana. Ese día Dios también le hizo una promesa: que de su familia iba a salir una gran nación y sería bendecida. 

Abraham tenía 75 años y todavía no tenía hijos. ÉL se preguntaba cómo Dios le daría una familia ya que era un hombre viejo y sin hijos. Dios le reveló Su plan. Le dijo a Abraham que contara las estrellas del cielo porque ese sería el número de personas en su familia. Por cierto, ¡eso es mucho!

¿Sabes qué? En contra de las probabilidades y cuando parecía sin sentido, Abraham creyó la promesa de que su familia sería una realidad. Por esto Abraham es llamado padre de la fe. El creyó la promesa de Dios aunque parecía una locura. 

La historia de la Navidad es acerca de Jesús viniendo a salvarnos de nuestros pecados para que podamos estar con Él para siempre en el cielo. Todo lo que tenemos que hacer es poner nuestra fe en Él. La historia de Abraham nos enseña que no hay nada que podamos hacer para merecer las promesas de Dios excepto recibirlas a través de la fe. Toma un tiempo para agradecer a Dios por haber enviado a Su Hijo Jesús.