PROBADO EN BATALLAMuestra

"Si pudiéramos considerar sólo una crisis como una ocasión para resaltar, a nuestro favor, la gracia divina, nos permitiría conservar el balance de nuestras almas y glorificar a Dios, aún en las aguas más profundas."

—C. H. Mackintosh (1820-1896)

Es fácil mirar los eventos presentes de nuestro mundo hoy y sacar conclusiones drásticas. "¿Es este el final?" algunos pueden preguntar. "¡Estamos condenados! ¡Este mundo está perdido!" algunos confiesan. "¡Vayamos a la guerra a pelear!" otros proclaman.

Es importante darse cuenta que el clima de hoy no es tan diferente a como era en el pasado. Las luchas políticas, la tensión racial y la lucha patriótica son como lo eran en los días de Jesús más de 2,000 años atrás. Él nació en medio de un clima que era difícil de atravesar. Sobrevivió al sacrificio de bebés inocentes dirigido por Herodes, el Grande. Creció en la tiranía de Roma cuando los disturbios políticos y religiosos dejaban ciudades y villas destruidas y con dolor.

Jesús era conocía bien los tiempos difíciles. Él entendió el deseo de salvación de Su gente; a pesar de eso, la salvación que Él trajo sería diferente a la que ellos esperaban. No juntó un ejército de revolucionarios para derrocar el imperio Romano. No reunió a militares secretamente para pelear y matar.

De hecho, Él dijo que las coas serían aún peor. No parece un mundo muy alentador para ser el salvador del mundo. Aún así, Jesús no huyó de la lucha o el dolor, sino que lo atravesó con confianza. Jesús soportó hasta el final. Soportó hasta que el final llegó otra vez. Este tipo de persistencia es a la que nos invita como Sus seguidores.

En un mundo donde el amor de muchos se ha enfriado, Jesús alentó a Sus discípulos a resistir y compartir las Buenas Noticias con el mundo. Esta es nuestra misión. Nuestro objetivo principal.

El Apóstol Santiago comprendió esto cuando escribió sobre soportar con paciencia la prueba y la tentación. Aquellos que resisten recibirán la corona de la vida que Dios ha prometido. Esto es lo que significa ser probado en la batalla. Somos personas que hemos resistido la prueba y juicios de la vida.

Veamos estos momentos difíciles como una oportunidad para compartir con el mundo la divina gracia suficiente para que todos recibamos.

¿En cuál área de tu vida sientes que te estás rindiendo? ¿Se la darías a Dios?

ORACIÓN:

Señor, debido a que el mundo me juzga,

Ayúdame a resistir con pasión,

Refuerza los latidos de mi corazón,

Déjame terminar con poder,

Amén.