PROBADO EN BATALLAMuestra

ARMADURA DE JUSTICIA

El pecado es real. Hace más en la fábrica de nuestras almas de lo que creemos. Es una semilla de destrucción. Muchos de los comportamientos y resultados que experimentamos son resultado del pecado. Nuestros pensamientos, nuestras realidades y nuestras decisiones son afectadas por él independientemente de nuestra consciencia.

Hoy leímos sobre el Rey Acab, uno de los reyes de Israel que vivió en pecado. Tenía un corazón rebelde. No honraba las formas de Dios y debido a esto él y su familia terminaron en destrucción. No estaba cubierto de la Armadura de Justicia o elementos de protección. Usaba un disfraz, pensando que podía esconder sus actos pecaminosos.

Para ser revestido de justicia no debemos negar la realidad del pecado, ni caminar con nuestra propia fuerza, sino darnos cuenta que el pecado ha dejado su marca en nosotros y que necesitamos mayor justicia. El profeta Isaías entendió esto cuando profetizó sobre Jesús siendo nuestra justicia y nuestra salvación.

El Rey Acab intentó disfrazarse y usar una armadura que no lo protegía. El pecado nos hará pensar que podemos hacer cosas por nosotros mismos, pero necesitamos una armadura mejor. Necesitamos la Armadura de la Justicia que sólo viene del poder de Cristo Jesús. El Apóstol Pablo comprendió esto cuando instó a sus seguidores a usar la Coraza de Justicia y el casco de la Salvación.

Cuando vivimos para Dios y confiamos en Sus caminos estamos viviendo en la justicia de Jesús.El poder de Cristo vive en nosotros y nos protege del poder del mal, la oscuridad y el pecado. No nos hace perfectos, sino reales, honestos y verdaderos. ¡Nos mantiene vivos!

¿Qué pecados necesitas descubrir y permitir a Dios que te perdone y redima?

Oración:

Señor, perdona mis pecados.

Hazme nuevo, otra vez.

Vísteme de justicia.

Cúbreme con tu protección.

Amén.