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Todo pasa por algoMuestra

Todo pasa por algo

DÍA 5 DE 7

Dios es dueño de todo


Entender que todo procede de Dios no es tarea fácil cuando tienes lo ojos espirituales cerrados. Recuerdo claramente cuando vivía en oscuridad y era guiada por mis deseos, caminando lejos de Dios. 


Desde mi perspectiva tenía una vida exitosa, tanto en el área laboral, como económica y social. Pensaba que todo lo conseguido era gracias a mi gran esfuerzo, mi inteligencia, mi capacidad, mi destreza. Por supuesto, pensaba que mis posesiones eran bien merecidas porque me las había ganado. Dios no entraba en mi ecuación, yo era una suma de “mis”, “mi”, “mío” “me”.


Hoy veo el pasado y por la gracia de Dios mis ojos fueron abiertos, pude aprender –y sigo aprendiendo cada día– que no soy dueña de nada. 


Entender esto me llevó a pedir perdón a Dios por haberme colocado en el lugar que le corresponde sólo a quien realmente es el dueño de todo, Dios.


Tal vez en algún momento de tu vida te ha pasado algo así, quizás de manera no intencional has estado teniendo una actitud de “esto es mío y yo me lo gané”. Tal vez el orgullo y egoísmo cubren tus ojos.


Hoy Dios quiere que comprendas que Él es el único dueño de todo cuanto existe.  Dios lo deja muy claro en su palabra. Él es dueño de:


·  La vida de todo ser humano (Ezequiel 18: 4)


·  Los animales: aves, ganado, todo lo que se mueve. (Salmos 50: 10 – 11)


·  La tierra (Levítico 25: 23)


·  El cielo (Deuteronomio 10: 14)


·  Las riquezas (1 Crónicas 29: 14)


Esta tierra que habitamos no es nuestra, somos huéspedes en ella, estamos de paso. Ni siquiera el propio cuerpo es nuestro. Dios en su gran bondad nos ha dado lo que tenemos, desde la vida, el cuerpo, el lugar donde vivimos, el trabajo, la familia, los bienes que utilizamos.


De Él procede la capacidad con la que contamos para desempeñar nuestras labores, sea trabajo, estudio, labores de casa, pasatiempos.


Apropiarme de esta verdad cambia mi actitud, no deja espacio para el orgullo y el egoísmo. Más bien me coloca en el lugar de humildad y sumisión a Dios, adoptando una postura de agradecimiento hacia Jesús por encargarme la mayordomía de lo que me ha entregado, para administrarlo y utilizarlo de acuerdo a sus propósitos. 


Juan Wesley lo dijo de esta manera: “Cuando el Dueño del cielo y de la tierra te dio el ser, y te puso en este mundo, te puso aquí no como propietario, sino como mayordomo.”


¡Qué hermoso saber que quien es dueño de todo confió en nosotros para darnos acceso a todo!


No olvidemos que, si Él es dueño de todo, entonces puede hacer lo que le plazca con lo que le pertenece y no estamos en posición de cuestionarlo.


Ahora que sabes esto ¿qué vas hacer al respecto? ¿Seguir creyendo que eres “dueño del mundo” y de tus posesiones, o reconocer la grandeza de Dios; reflejar con tu vida que Él es el dueño de todo y asumir el rol de mayordomo?


¡Tú decides!


Issette Cholima
Ministerio de consejería "Bálsamo" - Jazôn

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Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/

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