[Visión 2020] Victoria en nuestras batallasMuestra

La presencia de Dios

¿Qué es la presencia de Dios? Pensamos en la presencia de Dios como esta omnipresencia, y seguro que lo es. Podrías ir a las profundidades de la tierra o al mar y el Señor estaría contigo. Podrías ir a la luna y Dios estaría contigo. Podrías estar en una estación espacial y orar, y Dios te escucharía. Todos estamos juntos, ahora mismo, en la presencia de Dios.

Pero hay una presencia de Dios que no es solo su presencia general en todas partes. Hay una presencia particular que viene por medio de la salvación en Jesucristo. Viene a morar en tu corazón. Y vive dentro de ti desde entonces.

La batalla más grande que se ha ganado fue cuando Jesús ganó la batalla por el pecado. En la cruz de Cristo, se llevó a cabo la batalla por el pecado. Jesús dijo que había terminado para que tú y yo pudiéramos confiar en él como nuestro Salvador.

Jesucristo vino y ganó la batalla contra el pecado porque era santo, sin culpa y libre de cualquier pecado. Murió y se levantó de nuevo de la tumba para que tú y yo pudiéramos poner nuestra fe y confianza solo en él. Si dices hoy, «Jesús, quiero que seas mi Salvador», entonces la presencia de Dios vendrá a ti y serás hecho una nueva creación en Jesús. ¿Has confiado en Cristo como tu Salvador? ¿Has puesto tu fe en él? Esa es la batalla número uno. Es la batalla contra el pecado y la victoria solo se encuentra a través de Cristo Jesús.

Una joven de Asia se mudó a Houston porque su padre estaba recibiendo tratamiento oncológico. Se conectó con una iglesia local y comenzó a seguir a Jesús y a crecer en su fe. Una vez que su padre completó su tratamiento oncológico, regresó a Asia. Sentía que el Señor la estaba llamando de vuelta a su patria. Así que aprovechó la oportunidad para compartir el Evangelio con su familia y amigos, tres de los miembros de su familia oraron y recibieron a Cristo. La gente se ve obligada de una manera u otra a admitir su debilidad. Dios puede usar cualquier batalla para el bien. Confía en la presencia de Dios. Dios está trabajando, incluso cuando no lo parece.