Derriba tus gigantesMuestra

LA PIEDRA DE LA PASIÓN

Dice la Palabra del Señor que David corrió, no para escapar, sino para encontrarse con el gigante Goliat. 

David era un hombre apasionado. Le corría sangre por las venas, su celo por el Señor lo llevaba a vivir con pasión cada desafío.

Cuando hay pasión no renunciamos ante el primer impedimento, problema o dificultad.  La comodidad y la conformidad son enemigos de la pasión, del crecimiento.  Debemos estar dispuestos a quebrar la comodidad, a ir por más, a reclamar lo que es nuestro, a pelear por lo que esperamos.

Cuando no hay pasión en lo que hago me gana la rutina, el aburrimiento, entro en una meseta. Hay personas que ven cómo la vida se les pasa delante de sus ojos. No aprovechamos los años, se nos escapa la vida sin lograr nada. 

Cada dia que pasa, es un dia menos en el calendario de nuestra vida. Por eso es que tienes  que agregarle pasión a todo lo que haces. Hazlo con animo, con ganas y veras como Dios se glorificara en tu vida.

A cada paso hay que agregarle pasión. Vivamos cada día como una ocasión especial, con pasión, con alegría. La alegría es la capacidad de disfrutar; volvamos a apasionarnos con Dios, con nuestra fe, con nuestro ministerio, con nuestra familia.