Cuando la Decepción golpeaMuestra

Usando Nuestras Decepciones

Las decepciones que afrontamos pueden mantenernos donde estamos o catapultarnos hacia algo mejor. Una carrera más motivante. Una mejor relación. Una mentalidad más fuerte. Un futuro más brillante. La decepción no es lugar sin salida. Primero, puede ser una señal de parar, pero, al seguir la carrera, hay una señal de ceda el paso direccionandonos a medir nuestro alrededor antes de seguir adelante...otra vez. 

Para recuperarse de la decepción, tenemos que elegir creerle a Dios en medio de ella. Eso para nada es fácil. Es difícil sentir confianza en Dios cuando estamos abajo. Pero, ¿no es ahí cuando deberíamos hacerlo? Es fácil confiar en Dios cuando te están pasando cosas buenas. La verdadera confianza ocurre cuando nuestros corazones están rotos y vociferamos nuestra fe en Él. Debemos seguir adelante y confiar en que Dios nos va a librar de nuestro dolor ya que Él es el único confiable para cuidar nuestros corazones. Considera estas dos cosas mientras continuas superando tus decepciones.

El Punto

Todos nos preguntamos, “¿Cuál es el punto de esto?” Queremos entender por qué pasamos por lo que pasamos. Esto parte del deseo de no desperdiciar nuestro tiempo o nuestras experiencias. Queremos saber que no fue en vano. Si piensas así, entonces vas bien. La mejor forma de sanar nuestro dolor y decepción es usarlos para impactar al otro. Tal vez, luchaste con infertilidad, tuviste un adolescente rebelde, un matrimonio colapsado, o batallaste con el cáncer—y la lista sigue. Lo que atravesamos en la Tierra es algo que Dios puede usar en la vida de alguien más. Lo que una vez casi nos destruye ahora es un desvío para dirigirnos. 

Para Adorar o No

Si queremos atravesar la decepción, debemos adorar a Dios mientras estamos en ella. Como seguidores de Jesús, adorar a Dios no puede ser algo que hagamos cuando queramos o cuando las cosas tengan sentido—adoramos a Dios también cuando las cosas no lo tiene. Cuando todo parece patas para arriba, siempre hay alguna razón para adorarlo. No pongamos los ojos en nosotros mismos o en lo que deseábamos que pasara. Si lo hacemos, estaremos completamente inconscientes de lo que Dios está haciendo. Adorar mientras estamos decepcionados nos permite ver la esperanza que Él tiene en nosotros y la eternidad que Él espera compartir con nosotros. Cuando adoramos, le estamos diciendo a Dios que Él es bueno incluso cuando no podemos entender completamente lo que está haciendo. 

Ahora es tiempo de confiar en Él para que trabaje no solo en y a través de nosotros, sino para que trabaje en y a través de nuestras decepciones para acercarnos a Él y poder impactar al que viene detrás nuestro. Paguemos espiritualmente nuestro pecados después y permitamos a Dios redimir cada aspecto de nuestras vidas.