Cuando la Decepción golpeaMuestra

Definiendo la Desepción

Cuando sentimos decepción, es porque las expectativas que tenemos sobre algo no fueron satisfechas. Habíamos puesto todas nuestras esperanzas en un evento, en una experiencia o tal vez en alguna persona, y no salió como lo esperabamos. Algunas cosas nos decepcionan y nos afectan tan solo por algunas horas. Otras decepciones rompen fuertemente nuestro corazón. 

Fallan nuestras relaciones

No conseguimos el trabajo

El viaje se cancela

Perdemos a alguien amado

Se desmoronan nuestros planes

Basicamente, nos decepcionamos cuando hay una abismo entre nuestras expectativas y lo que en verdad sucede. A menudo, la decepción causa que cuestionemos a Dios, porque nos preguntamos por que nuestros deseos o esperanzas no se realizaron. Sentimos que Él, en verdad nos desfraudó. 

En la Biblia hay un hombre llamado José quien estaba bien familiarizado con la decepción. A la edad de 17, sus hermanos lo traicionaron y lo vendieron como esclavo a Egipto. Poco tiempo después de su llegada, fue erróneamente acusado y mandado a prisión. Él ayudó a alguien mientras estaba preso pensando que eso lo iba a liberar, pero se olvidaron completamente de él. Aunque nada es seguro, con suerte se quedaría en prisión por 10-12 años por un crimen que no cometió. Háblame de decepción. Las cosas no salieron como José esperaba. 

También pasamos por decepciones porque suponemos que el mundo tiene que ser perfecto. Puede que no lo expresemos, pero estamos esperanzados en casarnos con la persona de nuestros sueños, ser excelente en todas las clases, o obtener una carrera lucrativa. Muchas cosas buenas pasan mientras estamos aquí en la Tierra, pero aprende esto: la Tierra no es nuestro hogar. Y la Tierra, ciertamente, no es perfecta, entonces tenemos que ajustar nuestras expectativas a lo que puede ser. 

Aunque esta Tierra no es nuestro verdadero o eterno hogar, viviremos aquí hasta nuestro último aliento. Y Dios no quiere que aquí vivamos vidas miserables. Él mandó a Jesús para salvarnos. Él desea que experimentemos esperanzas, gozo y paz mientras temporariamente vivamos aquí. 

No importa nuestro sistema de creencias, nuestras capacidades mentales, nuestro estatus social, o nuestra respaldo financiero, pasar por decepciones va a ser parte de nuestras vidasa. No es algo que disfrutemos, y siempre estamos dispuestos a pasar sobre ellas o esconderlas en algún lugar de nuestras mentes donde no podamos pensar en ellla. Esto no nos ayudará mucho—solo prolongará nuestro dolor. 

Durante los siguientes tres días de este Plan, vamos a procesar, analizar, y crecer a través de nuestras decepciones para poder sanar y usarlas para beneficio de otros. Pídele a Dios que te prepare para lidiar verdaderamente con tus decepciones y así poder sobrellevarlas sanamente.