Aferrándote a la fuerza de DiosMuestra

PASO 2: Profundice en la Palabra

La Palabra de Dios es alimento y fortaleza para su espíritu. La fortaleza de Dios vendrá a usted al alimentarse de su Palabra.

El Salmo 119:28 dice: Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra.

Si desea la fortaleza de Dios, debe profundizar en su Palabra. Es el principal lugar donde podrá encontrarla. 

Juan escribió en 1a Juan 2:14 Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros.

En el libro de Josué, en el primer capítulo, Moisés acaba de morir. Ahora Josué tiene la responsabilidad de llevar a Israel a la Tierra Prometida. Han pasado 40 años en el desierto. Una generación entera ha muerto. Sin embargo, todavía no están allí. Incluso el mismo Moisés, ese líder impresionante, no pudo entrar a la Tierra Prometida. 

Ahora Josué piensa en lo que Dios ha hecho. Ciertamente hubo algunas cosas milagrosas y maravillosas pero Josué también presenció una historia de fracaso. Su mentor no pudo entrar a la Tierra Prometida. Todas las personas con las que creció habían muerto en el desierto. Es una responsabilidad intimidante la que Josué debe tomar ahora. Es su turno de intentarlo. 

En Josué 1:6-9, Dios le dice a Josué tres veces “se fuerte” y que medite en su Palabra día y noche. La palabra meditar significa reflexionar y girar una y otra vez en la mente. Sin embargo, la palabra hebrea traducida meditar de hecho es más que eso; lleva consigo la idea de murmurar o murmurar una y otra vez. Dios le dice a Josué que no permitiera que su Palabra se apartara de su boca, sino que la pronunciara al reflexionar sobre ella. Le pidió que pensara en ella, la leyera y se la recitara así mismo, para que la repitiera una y otra vez. Dios está diciendo que esto es lo que hace prosperar su camino; es esto lo que le da éxito. 

Mire, la Palabra de Dios es sobrenatural. Jesús dijo que sus palabras son espíritu y vida. El apóstol Pablo dijo que la Palabra de Dios es inspirada por Dios y que la fuerza de Dios viene a ti y a mí cuando la leemos y reflexionamos sobre ella. Creo que algunos de nosotros, cuando lleguemos al cielo, nos daremos cuenta de que podríamos haber tenido mucho más. Podríamos haber estado acostumbrados a una mejor vida, pero no nos atrevimos a tener un romance con la Palabra de Dios y a un costo muy alto. Sin embargo, no lo sabremos hasta que lleguemos al cielo.

Le repito, la Palabra de Dios es una fuente increíble de fortaleza. Es así como la fe entra en su vida. Tal vez recuerde los viejos dibujos animados de Popeye. ¿Recuerda a Brutus? Fue el gran némesis de Popeye. Peleaban y Brutus golpeaba a Popeye... ¿hasta que comía qué? ¡Espinacas! Súbitamente, Popeye obtenía fuerza y vencía. 

La Palabra de Dios es su espinaca. Si se alimenta de la Palabra de Dios, encontrará la fortaleza de Dios. 

Un año, cuando tomamos unas vacaciones familiares, rentamos una casa junto con todos nuestros hijos y nietos. La primera noche, estábamos sentados hablando, cuando, de repente, un ratón pasó corriendo frente a nosotros. Pensé: El folleto no decía nada de esto. Un poco más tarde, ¡brrrum! El ratón volvió corriendo. Durante una semana luchamos contra ese ratón. No pudimos atraparlo. Era como el Súper Ratón, como un ratoncito biónico. Entraba corriendo detrás de algunas cosas y decíamos: “¡Te atrapé!” Luego movíamos las cosas y ya no estaba allí, ¡era un ratón muy rápido! Tomé la determinación de que antes de terminar la semana atraparíamos a ese pequeño, pero nunca lo logramos.

Todas las noches, casi a la misma hora, nos sentábamos y el ratón cruzaba corriendo justo delante de nosotros. Comparé este ratón con otro con el que una vez me topé; al limpiar el campo de alguien encontré una vieja botella de Coca Cola debajo de un montón de maleza. Miré en la botella y vi un ratón pegado en el fondo. Aparentemente, quedaba algo de Coca Cola en ella y el ratón se había metido por el olor, pero no pudo salir. Me dio lástima. Rompí la botella, pero el ratoncito se quedó sentado ahí. Apenas y podía levantarse. 

¿La diferencia? Nuestro pequeño ratón biónico de la casa de vacaciones tenía mucha comida, pero el ratón atascado en la botella no tenía comida. La Palabra de Dios es alimento y fortaleza para su espíritu. La fortaleza de Dios vendrá a usted al alimentarse de su Palabra.

Tome fuerzas

Elija un pasaje de la Palabra de Dios y guárdelo en su corazón. Puede ser una de las citas bíblicas mencionadas anteriormente u otra de sus favoritas. Escríbala en tarjetas y colóquelas por toda su casa, automóvil y oficina. Reflexione en ellas varias veces al día e intente memorizarlas. Luego hágalo con otra. ¡Piense en cuántos pasajes memorizará en una semana, un mes e incluso un año! Se sorprenderá de lo que sucede a medida que se alimenta de la Palabra de Dios para fortalecerse cada día.