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365 días con Dios

DÍA 3 DE 31

3 enero - Jesús quédate conmigo

Lucas 24: 13-16 TLA “Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban a Emaús, un pueblo a once kilómetros de Jerusalén. Mientras conversaban de todo lo que había pasado, Jesús se les acercó y empezó a caminar con ellos, pero ellos no lo reconocieron.”

Habían pasado tres días desde que Jesús había muerto pero los discípulos ya no eran los mismos. Algo había pasado con ellos, no solo habían perdido a su maestro, sino que en tan solo tres días habían perdido la presencia de Dios en sus vidas.

Del mismo modo hay momentos en nuestras vidas donde ya no lo sentimos, aunque ciertamente Él siempre está contigo y conmigo, sin embargo, la realidad es que nosotros somos los que nos hemos perdido de Dios y de sus maravillas.

Cuando el Espíritu Santo llega a nuestras vidas lo hace como un viento recio o como lenguas de fuego y aunque no lo podemos ver sabemos que está allí, pero cuando el Espíritu Santo se entristece, lo hace sin hacer ruido, sin que nos demos cuenta.

Amigos, es terrible perder una casa... Es difícil perder dinero, es duro perder un trabajo, pero si hay algo que nunca podemos permitirnos perder es la comunión con Dios. 

v.16 "... pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados"

Lo primero que les pasó a los discípulos fue que no podían reconocer al Señor caminando con ellos. En ocasiones también caminamos, sin reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas, vamos a una iglesia e incluso somos líderes... ¡Pero sin visión espiritual! Todo esto porque perdimos el verdadero propósito de nuestras vidas… Dios.

Y aunque los discípulos en el camino de Emaús no podían ver a Jesús, Él estaba con ellos. Del mismo modo también hoy, cuando tú no puedes ver qué vas a hacer con tu vida, ni qué hechos vienen de aquí en adelante... ¡Dios está contigo! Y quiere devolverte la visión y aunque van a haber momentos en lo que tal vez no sintamos a Dios o donde quizá Él parece distante, eso no significa que se haya ido.

En el camino cristiano ves dos pares de huellas pues estás caminando junto con Él y ocasionalmente ves solo un par. Entonces podrías decirle: “¿Dónde te fuiste Dios? Él te respondería luego: Son mías las huellas que ves porque, cuando pasas por problemas, ¡Mi gracia es lo que te sostiene!” 

Es entonces cuando tú y yo estamos siendo cargados por Dios, pues Él nos tiene en sus brazos y allí nos encontramos seguros.

V.17 ¿Qué vienen discutiendo por el camino? —les preguntó. Se detuvieron, cabizbajos...

¿Cómo nos damos cuenta que perdimos la comunión con Dios? Cuando cambia nuestra forma de hablar, comenzamos a discutir por todo y principalmente, cuando decae nuestro semblante.

Los discípulos ya no estaban hablando de fe, ya no estaban hablando con esperanza ni en términos de victoria. Su lenguaje había cambiado, pues aún no habían entendido el plan de salvación por medio de la obra de Jesucristo en la cruz y por esa razón estaban desanimados y sus palabras eran de derrota.

Cuando uno pierde la comunión con Dios en su vida, su forma de hablar cambia, sus palabras ya no tienen ese fuego, esa pasión, esa fe, sino que se vuelven palabras de fracaso, de derrota, y podemos tener disputas y contiendas con otros.

¿Sabes por qué son tan importantes las palabras? Porque las palabras muestran lo que hay en tu corazón. La Biblia dice que de una misma cisterna no puede salir agua dulce y agua amarga. Recuerda que “De la abundancia del corazón habla la boca”.

Si tu corazón está lleno de Dios, hablarás de Dios.

Los discípulos no solo habían cambiado sus palabras, sino que además ahora estaban tristes. Cuando una persona pierde la comunión con el Señor pierde de inmediato el gozo y la alegría, quizá sigue haciendo las mismas cosas, pero es solo por costumbre. Las hace por obligación, pero ya no por amor a Dios.

Cuando yo tengo comunión con Dios hay algo que arde dentro de mí que me empuja a trabajar en la obra de Dios. Cada cosa que me encargan hacer es para mí una bendición y no un gran peso (él dijo que su yugo “…es fácil y ligera su carga”), hago todo con alegría y siento que es un privilegio puesto que ya no estoy trabajando para un hombre sino para el Rey de Reyes y Señor de Señores.

V. 19-20 “Jesús preguntó: —¿Qué ha pasado? Ellos le respondieron: —¡Lo que le han hecho a Jesús, el profeta de Nazaret! Para Dios y para la gente, Jesús hablaba y actuaba con mucho poder. Pero los sacerdotes principales y nuestros líderes lograron que los romanos lo mataran, clavándolo en una cruz.”

Los discípulos comenzaron a hablar de Jesús en tiempo pasado, como si todo ya hubiera terminado. Cuando una persona pierde la comunión con Dios empieza a vivir en el pasado: 

“Yo antes tenía la presencia de Dios”.

“Yo antes predicaba”.

“Yo antes era bendecido”.

“Antes era así…”

Recuerda que en el pasado no vives: ¡Ya no estás allí ahora! Es por eso que cuando tu corazón arde por su Presencia entonces comprendes en tu interior que Jesús vino para darnos un presente diferente y un futuro de bendición. Así que, no permitas que nada te robe la comunión con Él y te deje mirando al pasado.

V.21” Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Pero ya hace tres días que murió”

Cuando pierdes la comunión con Dios pierdes la esperanza.

La fe de estos hombres que habían visto a Jesús resucitar muertos, sanar enfermos y hacer toda clase de milagros... había empezado a menguar.

No te llenes de dudas ni de temores, llénate de fe y de esperanza.

Cuando pierdo la comunión con Dios me vuelvo una persona temerosa, que vive solo de manera racional y deja de vivir por fe, es por esta razón que debemos vivir en la presencia de Dios todos los días de nuestras vidas.

V.28-29 “Cuando se acercaron al pueblo de Emaús, Jesús se despidió de ellos. Pero los dos discípulos insistieron: —¡Quédate con nosotros! Ya es muy tarde, y pronto el camino estará oscuro.

Jesús se fue a la casa con ellos.”

Tú y yo no necesitamos una visita de Jesús, necesitamos que Jesús se quede como dueño de nosotros. La actitud de los discípulos de insistir hizo que Jesús se quedara con ellos. ¿Qué sucedió una vez que Jesús se quedó con ellos?

V.30-35 “Cuando se sentaron a comer, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 Entonces los dos discípulos pudieron reconocerlo, pero Jesús desapareció. 32 Los dos se dijeron: «¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el camino y nos explicaba la Biblia, sentíamos como que un fuego ardía en nuestros corazones?»

33 En ese mismo momento, regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles, junto con los otros miembros del grupo. 34 Los que estaban allí les dijeron: «¡Jesús resucitó! ¡Se le apareció a Pedro!»

35 Los dos discípulos contaron a los del grupo todo lo que había pasado en el camino a Emaús, y cómo habían reconocido a Jesús cuando él partió el pan.

Recuperaron la visión. V.30, 31 

Su corazón volvió a arder. V. 32

Recuperaron la fe. V. 34

Volvieron a hablar de Jesús a los demás. V. 35

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

365 días con Dios

365 con Dios es un plan de lectura devocional que tiene como objetivo despetar en cada lector el ser buscadores de la presencia de Dios a diario.

Nos gustaría agradecer a Sociedad Biblica Chilena por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.wenddyneciosup.com

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