[Serie Salmos] TodoMuestra

¿Qué pasa con el dolor?

El conocimiento íntimo de Dios sobre nosotros nos invita, pero también nos repele: nos hace retroceder. Si Dios lo sabe todo, entonces estoy seguro y satisfecho. Pero, si Dios lo sabe todo, ¿cómo reconcilio el dolor y la tragedia en mi vida? ¿Qué hago con eso? Y cuando no sé qué hacer con eso, ¿puedo inclinarme más o el dolor y la tragedia me empujarán más?

En Juan 11, Lázaro muere. La Biblia dice que pasaron dos días antes de que Jesús fuera a la casa de Lázaro, a quien amaba. Esperó dos días. ¿Por qué se retrasó así? Se retrasó para poder mostrar la gloria de Dios de una manera aún mayor. A María y Marta, a ti y a mí no nos gustan los retrasos de Dios.

No me gustan los momentos en los que siento que debo decir: «Dios, deberías estar haciendo esto». No estoy seguro de cómo adaptar eso a su soberanía. Hay una parte de la soberanía de Dios que realmente me repele cuando digo: «¿Por qué sucede esto?» Y luego está la parte de la soberanía de Dios que me motiva a decir: «Dios, sabes que está sucediendo, y yo no tengo otro lugar para ir».

Vamos a encontrar esa tensión con David en la siguiente sección de versículos. David está contemplando la posibilidad de huir. Es posible que no hayas visto esto antes en las Escrituras, aunque podrías haber considerado huir de ti mismo.

David está pensando: «No sé si quiero quedarme aquí. ¿Qué pasaría si huyo? Bueno, si voy a Marte, él está allí. Si llego al fondo del océano, él está allí. Dios mío... ¡A donde quiera que vaya, él está allí!»

Este conocimiento realmente nos va a consolar eventualmente. Dios siempre está presente y siempre es poderoso. No importa dónde se encuentre, a dónde vaya o dónde haya estado. Dios siempre está presente y siempre es poderoso. David reflexiona sobre huir, pero se da cuenta de que es imposible. Dios es omnipresente. Él es omnipotente y todopoderoso. David dice: «No puedo ir a ningún lado. Dios ya está allí».

Entonces, donde sea que estés lastimado, tranquiliza tu corazón y encuéntralo allí. Él es Dios. Su nombre será glorificado en tu situación.

Señor, incluso en medio de mi dolor, guíame a través de él. Amén.