Discapacidad en la Biblia: Lecciones de Vida para TodosMuestra

Bartimeo y la Defensa

Eres demasiado ruidoso. Tú eres simplemente muy, demasiado necesitado. No vales la pena. 

Algunas veces no eres el único descalificándote. Algunas veces la voz de la negatividad y la derrota provienen de fuerzas externas. Otras personas quieren que te mantengas en silencio y pretendas que estás bien. Quieren que te conformes con tus circunstancias actuales. Quieren que estés en silencio. 

Pero Jesús no nos creó para guardar silencio en nuestros tiempos de necesidad. Él quiere que le clamemos y clamemos por ayuda (ya sea que la ayuda provenga de Él, tu familia, mentores espirituales o consejeros). Bartimeo, un hombre ciego, comprendió esta verdad y nos dio un ejemplo poderoso a seguir. 

Cuando Jesús estaba dejando un pueblo, una gran multitud lo seguía. Pasaron junto a un hombre llamado Bartimeo que estaba sentado junto al camino, mendigando por misericordia y caridad de la gente. Imagina que no hubiera nada que te fuera permitido hacer en tu comunidad solo por una discapacidad visual. Es allí donde se encontraba Bartimeo. Cuando escuchó que Jesús estaba cerca, él comenzó a gritar y pedir a Jesús sanidad. 

¿Sabes lo que hizo la multitud? ¡Le pidieron que se callara! 

Y todo lo que Bartimeo hizo fue gritar más fuerte. ¡Gritar! 

No soy demasiado. Simplemente a veces necesito ayuda. Mis necesidades merecen ser escuchadas. Soy ruidoso y puedo serlo aún más. ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús! 

Jesús honra a aquellos que lo llaman y escucha sus gritos. Jesús escuchó a Bartimeo y su necesidad fue suplida. Jesús lo sanó. 

Así que, ¿necesitas que la gente te mire cuando hablas o escribes a fin de comunicarte? Pídelo. ¿Necesitas más ayuda y soporte en tus clases y estudio? Pídelos. ¿Necesitas oración?¿Necesitas apoyo adicional? ¿Necesitas algo? Pídelo. 

Grita más fuete. No permitas que otros te callen cuando estás clamando por la verdadera ayuda que necesitas. Sigue pidiéndola hasta que encuentres a alguien que cumplirá la ley de Cristo y te ayudará a llevar tu carga cuando es muy pesada para ti. Continúa acercándote a Dios y Su gente hasta que se escuche tu voz. 

Considera: ¿Hay algo que necesitas pero estás atemorizado de que sea "demasiado" si te atreves a pedirlo? Primero, habla con Dios acerca de ello. Pídele que te ayude. Luego, averigua si hay alguien más a quien pudieras pedirle ayuda. ¿Cómo te puedes defender de una manera que pueda ser escuchada?