Lecciones de mi jardínMuestra

Luz

En la zona 7, la zona de crecimiento donde vivo, el tiempo para plantar las semillas de tomates en macetas es a principios de febrero. De esta manera las plantas estarán listas para ponerlas fuera, después de la última helada de invierno. Después de plantar las diminutas semillas, pongo las macetas en el alféizar de mi ventana, cuidando que la tierra se mantenga húmeda para que puedan germinar. Muy pronto, la semillita tiene un brote tierno. Es en ese momento que me asuegro que la plantita reciba mucha luz. 

La luz es vital para que las plantas crezcan. Es la fuente de energía que crea la fotosíntesis y la clorofila muy dentro de las células. Podríamos meternos en la ciencia de cómo y por qué, pero observando, es tan claro: las plantas siempre se inclinan hacia la luz. 

Sin la cantidad adecuada de luz, una planta se debilita y sus tallos se ponen larguiruchos, sus hojas son pequeñas y las raíces son superficiales. Buscando siempre la luz, nunca estará recta, ni tendrá raíces profundas, lo que evitará que dé buen fruto. 

El crecimiento de la planta es bloquedo o es floreciente, dependiendo de la cantidad de luz que recibe. Donde no hay luz, no hay vida. 

Nuestros corazones y mentes no son diferentes. Sin la luz de Dios y una relación permanente con Jesús iluminando los lugares oscuros de nuestra alma, permanecemos inmaduros. Nuestras raíces serán superficiales, dejándonos inestables cuando nos encontramos con las circunstancias duras de la vida. Nuestro espíritu puede llegar a estar tan frágil, que nuestro corazón sólo produce amargura y negatividad. 

La luz pura de la Palabra de Dios disipa la oscuridad y revela y expone nuestros pecados. Su guía ilumina nuestro camino y trae esperanza y poder a nuestra alma. Jesús, que es la Luz, equipara luz y vida en Juan 8:12 LBLA: " Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".

Mientras permitimos que Su vida llene la nuestra, nos tranformamos en luz para los que están a nuestro alrededor, reflejando Su gloria y haciendo retroceder la oscuridad. ¡Qué honor tan maravilloso nos ha conferido!

¿Se ha atrofiado tu crecimiento? ¿Te sientes débil? ¡Agrega más luz!