La cura para el agotamientoMuestra

Toma vacaciones mentales y diviértete

Una herramienta interesante para tener tranquilidad es tomar vacaciones mentales. Te haría mucho bien ir a unas vacaciones reales, a mí también, pero si no puedes ir a unas vacaciones reales en este momento, toma unas vacaciones mentales. Tu mente no puede distinguir entre lo que estás viviendo y lo que experimentaste en el pasado, que tan solo revives en tu imaginación.

Periódicamente toma 10 minutos y revive en tu mente cualquier experiencia relajante que hayas tenido. Recuerda el clima, la comida, la gente con la que estabas, todos los sentimientos y la paz que disfrutaste. Eso es poderoso, porque todos esos sentimientos y emociones volverán a ti. 

Otra forma de renovar tu energía es a través de la diversión. Diversión es realizar una actividad diferente de lo que haces rutinariamente, pero que disfrutas completamente. Si seguimos pasando por las mismas demandas del diario vivir, semana tras semana, nos vamos a agotar.

Durante el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, el “León de Londres”, estaba en el único refugio antibombas en Londres desde donde él dirigía las estrategias junto con sus generales. Estaban bajo ataque, los nazis bombardeaban Inglaterra. Francia había caído. Todo el peso de esta guerra estaba sobre sus hombros. Con esto en mente, dejó el refugio antibombas y fue a su casa en el campo. Él amaba las rosas, así que se quitó algunas prendas de ropa, se metió en la tierra y comenzó a trabajar en su jardín de rosas. Le dijeron: «Sr. Churchill, ¿por qué hace esto? Hay una guerra. Podríamos perderlo y perder el mundo libre y usted, ¿va a pasar un tiempo en un jardín de rosas?». Él respondió: «No, no entiendes. Si me quedo en ese refugio antiaéreo, dando órdenes y escuchando todas las cosas que están sucediendo, sigo usando la misma parte de mi cerebro todo el tiempo para tomar decisiones para ganar esta guerra, me voy a vaciar. Tengo que retirarme de ese lugar e ir a un campo opuesto, algo que disfruto mucho. Eso restaura la porción de mi creatividad y mi capacidad para tomar decisiones. Así que cuando vuelvo a la sala de guerra, estoy fresco, estoy alerta y tomo las decisiones adecuadas». Eso es a lo que llamamos diversión.

Cada vez que Jesús llevó a cabo lo que llamaríamos una reunión importante, derramando su vida en otros, él siempre hizo una actividad diferente después. Caminó con sus discípulos o habló con ellos, comió, se subió a un bote para ir al otro lado del Mar de Galilea, cualquiera que fuera el caso haría algo para crear una diversión en su vida, para restaurarse. Si Jesús lo necesitaba, nosotros lo necesitamos más.