[Serie El amor de Dios por nosotros] Mientras cuidas de otros…Muestra

Dios cuida de ti

Como Dios prometió cuidar al pueblo de Israel durante el tiempo de su exilio en Babilonia, así también, Dios cuidará de ti. La Palabra de Dios es segura, lo que promete cumple, no engaña. El pueblo de Israel lo sabe muy bien. Pasaron esclavitud, dificultades, desiertos, pero Dios les entregó la tierra prometida. Los profetas hablaron del Mesías, hombres y mujeres de Dios vieron de lejos y saludaron de lejos la venida de Jesús. Dios cumplió. Su Hijo se hizo hombre, habitó en la tierra, dio a conocer al Padre, se entregó como sacrificio perfecto. 

Si Dios dice que cuida de ti, él lo hace. En la Biblia vemos la historia registrada, de cómo las promesas de Dios se han cumplido a lo largo de los años, sin faltar una de ellas. Somos nosotros, la humanidad, quienes nos hemos alejado en nuestra vana manera de pensar. Considerando que Dios no entiende nuestra situación, que para él es fácil porque no pasa lo que nosotros pasamos. Sin embargo, a pesar de todo, Dios sigue cumpliendo sus promesas. Nada debería separarnos de la seguridad que tenemos en el Padre. Cuando viene una dificultad, la queja toma ocasión o el cuestionamiento de dónde está Dios, en medio de esa situación. 

Su amor es profundo y pleno hacia sus hijos. Nos conoce por nombre, nos trajo a existencia con un propósito. Cuando vemos cada situación en nuestra vida como una oportunidad para manifestar al maravilloso Dios que nos habita, entonces la vida se convierte en un gran campo para que vean en nosotros lo que Dios tiene para cada uno a nuestro alrededor. Paz en medio de las dificultades. Gozo en medio del dolor. Generosidad en medio de la escasez. Bondad en medio de tanta maldad. 

Cuando tu vida llega a este estado de amor a los demás, entonces has entendido de qué se trata. Pablo lo entendió y estando en la cárcel siguió cumpliendo su propósito. Jonás en cambio, no lo entendió y tuvo que pasar por el vientre de un pez gigante para entender y hacer el propósito de Dios. Depende de nuestra actitud. Esteban lo entendió, y mientras moría lapidado daba gloria y honra a Dios. Se trata de actitud, de entendimiento, conocimiento de Cristo. No se trata de fama, sino de aprender a deleitarse en él sin importar las circunstancias.

Palabra de confianza de parte de Dios

Yo te llamé por tu nombre, tú eres mío.