AutoliderazgoMuestra

“La oración que prevalece”

Una de las características distintivas del autoliderazgo es la oración que no se da por vencida si no que prevalece a pesar de la oposición o desilusión. La oración que prevalece a menudo fluye de corazones afligidos. Este tipo de oración y actitud ante una situación desalentadora es algo que podemos observar en la historia y el ejemplo bíblico de Jacob.

Jacob “tuvo gran temor; y se angustió” ante la preocupación de que su hermano lo estaba persiguiendo. Pero, al final de su vida, se “quedó Jacob solo” (Génesis 32:24). Se le agotaron todos los recursos y estaba desmoralizado. Su vida era un desastre; estaba solo, cansado de sus propios esfuerzos, y listo para poner su confianza en Dios. Mientras luchó con él un varón hasta que rayaba el alba, Jacob le dijo: “No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido” (Génesis 32:26-28).

El Jacob que había confiado en sus propias fuerzas, ahora estaba aprendiendo a poner su confianza en el Señor. Dios lo estaba formando como líder, como alguien que ora y que prevalece.

La oración que prevalece requiere una dependencia completa en Dios. Es poner todo en las manos de Dios y entender que Él tiene la última palabra. Pero en el ejemplo de Jacob vemos también que dicha oración no es pasiva, no es cruzar los brazos y no hacer nada; al contrario, requiere que demos todo de nosotros pero entendiendo que de Él proviene nuestra fuerza y bendición.