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El Nuevo Testamento completa la historia que comenzó en el Antiguo Testamento. Cuenta acerca de la venida de Jesucristo, el tan esperado Mesías Judío. A pesar que Él no escribió una sola palabra de ese, el Nuevo Testamento es Su libro. Recuenta Sus enseñanzas y la historia de Su vida, muerte y resurrección. Sus seguidores escribían y hablaban con una autoridad otorgada por Dios. Este libro ha tenido un impacto más profundo y controversial que cualquier otro libro en el mundo.  

Millones lo amaron. A través de los siglos, las personas encarceladas por el pecado encontraron libertad y vida a través de la fe descripta en el Nuevo Testamento. Aquellos que permanecieron cautivos entre rejas y muros, como Fiódor Dostoevski en Siberia y los prisioneros de los campos de concentración, han encontrado libertad en mente, corazón y alma a través de él. Las personas encadenadas con sufrimientos fisicos, torturadas por el enemigo invisible, ensclavisadas por la oscuridad espiritual, unidas por un legalismo impacable, o paralizados por una temible duda han respondido por fe a su mensaje de libertad. Han caminado hacia la luz de Dios, liberando Su amor que nunca cambia, como se refleja en el Antiguo Testamento.  

Millones lo odiaron. Emperadores como Nerón y Diocleciano trataron de destruir al Nuevo Testamento. Filósofos como Voltaire dijeron que era un libro muerto lleno de mentiras. Científicos sociales se han burlado de las soluciones para los problemas del hombre propuestas por el humilde Galileo. Modernistas y vanguardistas lo han etiquetado como amoral, desesperanzador y antiguo—un libro que logra impactar al mundo del siglo 21. 

Aún asi, el Nuevo Testamento sobrevive. El mismo mensaje que conquistó al mundo romano, encendió el fuego de la Reforma y avivó el renacer del siglo 19 continúa ardiendo con un brillo liberador. 

¿Por qué esta colección de 27 libros escrita en la última mitad del primer siglo por un grupo de seguidores del Mesías judío, tiene tanto impacto? Porque es parte de la Biblia, el único libro en todo el mundo que puede acercarnos a Dios. El evangelio de Jesucristo tiene el poder de romper toda cadena. Sí, El Nuevo Testamento nos acerca a Dios y también puede hacer que Él se acerca a nosotros. A través de eso, podemos conocer a Dios de una manera personal y liberadora.

El Trasfondo del Nuevo Testamento

Dios había estado en silencio por 400 años. Israel había esperado en vano a que Él hablara y que el Mesías viniera. Pero nada había sido revelado desde que el profeta Malaquías terminó de escribir el Antiguo Testamento. Luego, de repente, Dios se reveló Él Mismo de dos maneras: (1) a través de la venida de Jesucristo, Su Hijo, (2) a través de la escritura del Nuevo Testamento. 

El mundo había cambiado bastante durante esos 400 años de silencio. Palestina misma estaba sumamente diferente a aquellos días de lucha cuando los judíos fanáticos regresaron de Babilonia a reconstruir su templo y los muros de Jerusalén. 

Para entender el impacto de la venida de Cristo y el trasfondo del Nuevo Testamento, tenemos que familiarizarnos con las fuerzas políticas, sociales, económicas, y religiosas que convivían en el mundo cuando el Señor Jesús nació. 

El mundo romano. Roma era una fuerza dominante en el primer siglo del mundo. Sus tropas habían marchado con poder y precisión por Europa, el Medio Oriente y África, tomando nación tras nación bajo su control. Palestina había caído ante el General Pompeii en 63 AC. Gracias a los altos impuestos, Israel se beneficiaba de las reglas romanas:

Paz. El mundo estaba en paz en los días del Nuevo Testamento.

 

Gobierno. El emperador tenía el poder de obligar a los soberanos reinantes a gobernar bien. En muchos casos esto lo alejaba de obtener una inmensa fortuna personal a costa del pueblo.

 

Viajes. Gracias a la paz romana, la gente podía viajar libremente de país en país.

 

Comunicaciones. El flujo de informacion era el mejor del mundo. Gracias a estos factores, la cristiandad tuvo un fuerte apoyo y creció rápidamente bajo el gobierno. 

Influencia griega. A pesar que el Imperio Griego había colapsado antes de los días del Nuevo Testamento, aún tenía una poderosa influencia en los siguientes temas:

Idiomas. Las conquistas de Alejandro el Grande (331–322 AC) hicieron del griego un idioma dominante del mundo civilizado. Cuando los Romanos conquistaron el territorio, los animaron a seguir usándolo. Esto benefició a la cristiandad porque: (1) un idioma en común hacía que el Evangelio se esparciera más fácilmente y (2) el Nuevo Testamento fue escrito en griego y podía ser entendido por todos. 

Cultura. La mente griega confrontó preguntas básicas acerca del hombre, la vida y lo sobrenatural. Los poetas, dramaturgos y filósofos griegos han preparado el camino para las respuestas que luego la cristiandad daría a un mundo hábido e insastifecho. 

Trasfondo judío. El trasfondo judío del Nuevo Testamento era importante porque: (1) la cristiandad nació en un ambiente judío, y (2) la cristiandad estaba enraizada en lo que Dios ya le había hecho saber a Su pueblo a través del Antiguo Testamento. 

Cuando Cristo estaba con vida, Judea estaba gobernada por oficiales puestos por Roma. Aún así, a los judíos s les permitía manejar sus propios asuntos internos. Lo hacían a través del Sanedrín, un grupo de 70 cuyo líder era el sumo sacerdote. 

La vida religiosa de Israel estaba centrada en dos instituciones. La primera era el templo, que recientemente había sido reconstruido por Herodes el Grande. Era una magnífica estructura, construída para agradar a los judíos. Los rituales del Antiguo Testamento se llevaban a cabo por los judíos devotos. La segunda, las sinagogas, eran centros de adoración y enseñanza. Los servicios eran simples, consistía en oraciones, lectura de las Escrituras y explicaciones. Los niños judíos eran educados en las sinagogas, y sus enseñanzas eran principalmente religiosas. Fue en esta combinación de reglas romanas, pensamientos griegos y tradiciones judías en la que Jesús nació y la cristiandad tuvo sus raíces.