Buenos MayordomosMuestra

"De espectadores a participantes"

Cada domingo en la mañana, por alrededor de 20 años como pastor, vi muchas personas llegar a la iglesia por primera vez, y siempre que veía rostros nuevos me llenaba de gran emoción. Generalmente, cuando volvían por segunda vez era un indicador de que habían disfrutado su primera experiencia. Mi optimismo crecía cada vez que eso sucedía. A medida que su asistencia era más frecuente y sus relaciones crecían, siempre tenía la esperanza que en algún momento dejarían de ser visitas y aceptarían la visión y el ministerio de la iglesia local.

Debo decir que en mi experiencia, la asistencia y el compañerismo no eran las primeras señales de aceptación, sino indicadores positivos de un nivel de confianza cada vez mayor. 

La primera señal de aceptación que veía era su participación activa en la mayordomía de la iglesia. Su participación en diezmar y ofrendar era el primer indicador de que su corazón estaba puesto en el ministerio. Su mayordomía activa era un indicador que mostraba un cambio de estar en las afueras del campo para moverse hacia el centro; o sea, un cambio de espectadores a participantes.

La segunda señal era que comenzaban a participar activamente en los ministerios de la iglesia. Sin duda alguna, la obra del Espíritu Santo hizo que ellos descubrieran el valor del ministerio en la iglesia local, y como resultado anhelaran ser parte de ello. La diferencia entre los asistentes cómodos y los mayordomos fieles reside en la disponibilidad de invertir no sólo su dinero sino también su tiempo en el ministerio de la iglesia local.