Ayuna como Daniel (10-Días)Muestra

Día 6: Jugar a la ofensiva

El día de hoy es todo un montaje. 

Has estado haciendo lo de Daniel, apegándote a tu Plan de lectura y haciendo espacio para Dios persistentemente en oración tres veces al día y todas estas cosas harán que tus enemigos aparezcan.

Estoy, por supuesto, describiendo la vida de Daniel. Ellos crearon un plan y él se metió en él. Están obteniendo justamente lo que querían. Daniel es llevado justo hacia la foza de los leones.

¿No te los imaginas sacando fotos y subiéndolas en Instagram y Facebook, compartiendo historias en Snapchat y poniéndolo en Twitter con una cara de llanto en Daniel, hashtag #Foza de leones #Atrápameadentro? 

Excepto por algo: el momento de su mayor victoria era el momento de Dios de crear una oportunida única para Daniel. 

¡Fue todo un montaje!

Verás que el rey de una nación pagana ha sido tan influenciado por el poder de Dios en la vida de Daniel que ora y ayuna por Daniel. ¿Puedes creerlo? ¿Cómo es eso posible?

Creo que es por la oración persistente de Daniel (¿recuerdas HEPE?), permitiendo que su defensa configure su ataque.

Los Guerreros Campeones de Golden State en 2017 y 2018 usaron su sofocante defensa para ayudar a lucir su línea ofensiva. Cada vez que paraban al equipo opuesto, bloqueaban un tiro o fozaban un giro, corrían por el piso tratando de obtener puntos fáciles antes que sus oponentes se pudieran preparar. 

No defendían sólo deseando que el otro equipo no anote un punto, sino que usaban la defensa para crear oportunidades para su ataque.

Esta es la traducción para la vida cristiana: no basta con no parecerse al mundo. Debemos dejar que nuestras diferencias brillen tan fuerte para los que nos rodean que creen una oportunidad para que Dios se muestre.

No podemos cambiar el mundo si nos escondemos, debemos estar afuera en él. Cuando nuestras vidas son diferentes porque tenemos paz o gozo en medio de los problemas, es la oportunidad perfecta para convertir la defensa en ofensa mostrándoles quién es nuestro Dios y cómo trabaja en nuestras vidas. 

Las verdaderas estrellas no compiten con otras estrellas porque comprenden que hay lugar en el cielo para que todos brillen. 

¿Tu defensa está creando oportunidades para el ataque? Si no es así, es tiempo de ajustar el libro de jugadas.