Ayuna como Daniel (10-Días)Muestra

Día 10: Este no es el fin

¡Oh sí! Día 10 ¡GOLPE DE PUÑO! ¡Lo hiciste! Estoy tan entusiasmado por escribir esto y aún más porque tú lo lees, eso significa que pasaste 10 días acercándote a Dios. Ansío que puedas ver lo que Él hace en tu vida después de comenzar a profundizar en Su conocimiento mientras oras humilde, específica, persistente y expectativamente. 

¡Si una situación difícil, una necesidad de un descubrimiento o un deseo genuino de acercarte a Dios te llevó a este ayuno, asegúrate de caminar con valentía y dejar que la voz de la fe silencie la voz del miedo! Recuerda, el miedo no es de Dios porque Él no te ha dado el espíritu del miedo. Camina hacia las aguas profundas de la vida y espera porque algo sorprendente está por ocurrir.

Pedro es famoso por haberse hundido cuando Jesús vino caminando sobre las aguas para encontrarse con Sus discípulos. Todos estaban mojados por la lluvia y Pedro en el mar ¡pero al menos él tuvo el coraje de salir del bote! El resto se quedó. 

¡Tú tuviste la fe de salir del bote!

Te mojaste los pies al ayunar como Daniel y te digo que no importa qué te inspiró a este ayuno, Dios tiene tu descubrimiento en camino. 

Recuerda tu HEPE: mantenerse H: HUMILDE entregándole tu voluntad, pidiendo por tus necesidades E: ESPECÍFICAS, orar P: PERSISTENTEMENTE aun sin ver resultados al instante, cultivar una E: EXPECTATIVA de esperanza que Dios va a mostrarse, no importa cuánto tarde.

Cualquier cosa por la que estés orando y ayunando, Jesús pagó su precio completo en el Calvario. El trabajo está hecho. No estás ganado nada, sino recibiendo Su regalo gratuito de gracia.

Te dejo uno de los mejores consejos que al apóstol Pablo ha dado: “Alégrense siempre en el Señor” (Filipenses 4:4 NVI).  

Este no es el fin. Es sólo el comienzo. 

En verdad quiero saber qué hace Dios en tu vida en los próximos días, semanas y meses. Visita www.FastLikeDaniel.com para tener acceso a material adicional y asegúrate de compartir tu historia sobre las cosas maravillosas que ocurren cuando, ¡ayunas como Daniel! 

Tuviste el valor de dar un paso más profundo para conocer a Dios. ¡Ahora es tiempo de guiar a otros a acercarse a Él!