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Marcos 6-7: Enviado para servir

Hoy estamos en Marcos 6, y es el tiempo apropiado. Seguir a Jesús nunca significó ser solo un espectador, y los discípulos están a punto de entrar a jugar.

Eso es para ti también. Si sigues a Jesús, estás llamado a servir, sin excepción. Ahora, si no eres creyente, la invitación está abierta. Entiende que no estás invitado a unirte a una institución. Estás llamado a un movimiento. 

¿Qué significa eso para los discípulos? Están a punto de saberlo. Marcos 6 verso 7:

«Reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.»

Observa que Jesús los envió. El servicio o ministerio no espera que la gente entre, va a donde está la necesidad. Los envía de dos en dos, el ministerio es un deporte de equipo. Les da autoridad, la autoridad de Dios, para ir. 

Les da instrucciones. Verso 8:

«Les ordenó que no llevaran nada para el camino, ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino sólo un bastón.»

Así que, su primera misión es una lección de fe. Sin provisiones. Solo fe. Sin embargo, las instrucciones no son siempre las mismas. Después Jesús los enviaría en otra misión con provisiones. La misión no es una formula o una receta, es una aventura, y la verdadera clave es tener la dirección del Señor siempre. Seguir a Jesús significa seguir instrucciones y siempre confiar en Dios. Con manos vacías o muy equipado, confía en que Dios provee. 

Entonces, ¿cómo les fue? Versos 12-13:

«Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite."

¡Así lo hicieron! Confiaron y Dios proveyó. Luego fueron donde Jesús a darle el reporte, pero muy rápido se reunió una multitud, y en el verso 31b, le dijo a sus discípulos,

«Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco."

Aquí una regla esencial del servicio: descansar en Jesús. Así que fueron a un lugar solitario, pero ¡la multitud llegó primero! Lo siento chicos, no hay descanso esta vez. Verso 34a:

«cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos.» 

Siempre me asombra la capacidad de compasión de Jesús. Compasión significa «sufrir con» y Jesús hizo justamente eso. Vio la necesidad y se preocupó. Enseñó a los discípulos a cuidar a los demás.

Bueno, Jesús enseñaba y se hizo tarde. Habían mucha gente, lejos de todo, y necesitaban alimentarse. Los discípulos le dijeron a Jesús que despachara a las personas. Era razonable. Verso 37:

«Denles ustedes mismos de comer, 'contestó Jesús." 

Pon atención. Los discípulos ven la necesidad y Jesús  les dice denles de comer. Pero no había suficiente. ¡Ni remotamente! Estaban en el medio de la nada.

Recuerda lo que acaban de aprender: con manos vacías o totalmente equipados, confía en que Dios provee. Verso 38:

«¿Cuántos panes tienes usttedes?” vayan a ver. Después de veriguarlo, le dijeron: Cinco, y dos pescados.»

Eso es pan y peces para unos pocos, no para miles. Observa con cuidado. Les dicen a las personas que se sienten y en el verso 41, 

«Jesús tomó los los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes, y se los dio a los discípulos para que los repartieran a la gente.»

Espera. Pon en pausa la cinta y observa cuidadosamente. Jesús dio gracias, partió los panes y les dio a cada discípulo. ¿Cuántos? 

Ponte en sus zapatos. Mira sus manos, quizá medio pan, un poco de pescado. Mira, miles de personas. Pero Jesús les dijo aliméntenlos. Así que los alimentas. Versos 42-44:

«Comieron todos hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos de pan y de pescado. Los que comieron fueron como cinco mil.»

Eso es asombroso. Aún sucede. He oído muchas historias reales de panes y peces a amigos del ministerio. El trabajo de ayuda en el sur por huracanes, alimentando a los pobres en México, y muchos más. A veces aparece un camión de la nada. A veces, un suministro pequeño dura mucho más de lo que debería. Milagros genuinos, pero siempre en medio de satisfacer una necesidad. Siempre en el ministerio de compasión.

A medida que lees Marcos 6 y 7 mira los milagros de Jesús. ¿Está él aparentando, o está mostrando compasión? ¿Está enseñando a los discípulos a hacer milagros, o a cuidar y ayudar a las personas, incluso cuando la necesidad es más grande que la provisión?

He aprendido hace ya bastante tiempo que no soy suficiente. Pero el ministerio es un llamado a algo más grande que nosotros mismos, algo que no podemos hacer solos. 

¿Y tú?¿Tienes lo que se necesita para ayudar a todas estas personas? ¿No? Yo tampoco. Pero Jesús dijo vayan, así que vamos. Con las manos vacías o muy equipadas, confía en Dios... y entremos al juego.

Reflexiona:

• ¿Qué crees que Jesús les estaba enseñando a los discípulos cuando los envió sin dinero?¿Qué piensas cuando les dijo que alimentaran a 5.000 personas sin la comida suficiente? ¿Esas lecciones son aplicables hoy en día?
• ¿Cuál es tu experiencia sirviendo a Dios y ayudando a otros? Comparte tu historia.
• Si pudieras hacer alguna cosa para Dios, ¿qué sería?